Es deshonesto, desde cualquier punto de vista, que en el proceso electoral concurrente seis de los siete partidos políticos (con registro oficial) busquen complementar las candidaturas a los ayuntamientos y al Congreso local con la pepena de políticos resentidos, como igual lo han hecho en justas anteriores.
Es decir, con los escurrimientos que pudieran emanar de los partidos que han perdido el poder, merced a la frustración de quienes fracasen en su intentona de lograr las nominaciones codiciadas en morena, ya sea por el camino de unidad o consulta a la base, se cumplimentarían las planillas que estarán en juego.
Obviamente hablo de los partidos Movimiento Ciudadano (MC), del Trabajo (PT), de la Revolución Democrática (PRD), Verde Ecologista de México (PVEM), Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
Es el caso de quienes usufructúan efectivamente las dirigencias de estos membretes y hacia el exterior, ya ofertan candidaturas. Y no podía esperarse menos, porque bajo su mandato las estructuras de esos partidos que integran la mentada ‘chiquillada’ han adolecido de trabajo político y sólo aparecen en la palestra en toda época electoral.
Fuera de esa coyuntura se la pasan en la güeva sin desarrollar ninguna otra actividad digna de tomarse en cuenta –aunque legal y moralmente estén obligados a mantener presencia constante con las bases que dicen representar–, hasta la víspera de otro proceso comicial.
Incluso, mientras llega el momento de animar la causa ciudadana con el propósito de capitalizar su participación en las urnas, los jerarcas y los escasos cuadros de esas organizaciones tampoco intentan arraigarse en el conglomerado social. Duermen el sueño de los benditos. Y si acaso realizan alguna gestión de beneficio colectivo, es porque los grupos que se echaron en sus manos los presionan hasta obligarlos a cumplir algo de lo que tanto prometieron cuando mendigaron su apoyo.
Los trepadores
Algunas organizaciones conocen a la perfección la movida a realizar durante la época de invernadero político. Acostumbran meter su cuchara en las discusiones de los temas o problemas en boga y hacer ruido, a fin de proyectar ante la población una imagen distinta a su verdadero ser.
Incluso hasta se muestran como individuos congruentes, aguerridos y defensores permanentes de las causas que abanderan.
Por ello no resulta extraño que esa mentada ‘chiquillada’ exhiba un marcado oportunismo a la hora de presentar trabajo. Es decir, cuando debe mostrar a propios y extraños sus destacamentos y divisiones con los que aspiran alcanzar las candidaturas codiciadas.
Sus jefes partidistas configuran planes y estrategias a partir de la fuerza de sus adversarios, cancelando así la posibilidad de brillar con luz propia y de ampliar el proyecto que defienden rumbo a la conquista del poder.
Bajo este entendido, tampoco es raro observar cómo al participar en un proceso electoral los guías partidistas tienden las redes esperanzados en atrapar peces grandes o pececillos, aunque estos no compartan su ideología, credo ni modo de hacer política.
De cualquier modo, el plan a seguir tiene sustento en la búsqueda de alianzas interpartidistas. En la pepena. En los escurrimientos o rémoras que deja el partido grande, y, en menor medida, en la raquítica fuerza de que tanto hacen gala en los membretes albiceleste y tricolor.
Presupuesto en puerta
El presupuesto de egresos para el ejercicio 2024, es el tema principal que se discutirá en el Congreso local a partir del domingo 10 de diciembre, tras la entrega del proyecto por parte de la Secretaría de Finanzas
Y cobra mayor relevancia porque los 43 ayuntamientos, hasta donde sé, ya presentaron formalmente su solicitud de asignación de recursos, aunque no por ello tienda a ser agilizado el asunto que, cada año, suele diagnosticarse con premura.
Respecto al Gobierno estatal, se proyecta que la administración de Américo Villarreal Anaya planteará una cifra superior a la que actualmente se ejerce, a fin de no afectar ninguno de los programas sociales y cumplir con las metas trazadas.
Es obvio que él, tanto como los diputados de morena, están en la misma frecuencia de sacar avante el proyecto; y más: cerrarles la puerta a los recortes presupuestales,
El gobierno estatal debiera ser la primera entidad a considerarse en la asignación de recursos.
Al respecto, varios diputados han dicho que van a incrementar los apoyos que se tienen y buscar reglas de operación sencillas, mucho más accesibles, en comparación con las actuales, y también cabildearán para que el presupuesto se enfoque a cumplir con la oferta política de Américo Villarreal Anaya, sin desatender ningún rubro ni dejar fuera sus proyectos, sino por el contrario ser más incluyentes.
Esto refiere la fuerza del compromiso pactado entre el Gobernador y los diputados del membrete guinda.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
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