La inseguridad pública en México tanto se ha agravado que hasta el propio presidente acepta que a su régimen le falta mucho por hacer en la materia. Es decir, la sigue considerando como uno de sus retos mayores. Quizá por los entramados corruptores que se dan para que nuestro país alcance las condiciones plenas de paz y tranquilidad.
En la víspera tocó el tema de la inseguridad respecto a Tamaulipas, al desarrollar la ‘mañanera’, donde una vez más reconoció los esfuerzos que se hacen en la entidad para reducir la incidencia delictiva.
Obviamente, esto, con el claro propósito de blindar a la administración estatal ante la descalificación que hacen los aliancistas opositores, que dan como un hecho el crecimiento de los índices delictivos tratando de ‘tapar’ el mar de crímenes cometidos por el régimen gubernamental de Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Y es que, según fuentes oficiales, el número de muertos registrados al quinto año del período presidencial, casi se equipara a la cifra histórica alcanzada en el mismo lapso por la administración de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y, lo que es peor, en lo que va del 2023, ya supera los índices matriculados en comparación al cierre del periodo sexenal anterior, que se supone fue el más cruento del combate a la delincuencia organizada.
Hablamos más/menos de 300 mil homicidios dolosos cometidos en las últimas dos gestiones presidenciales –en su mayoría ejecuciones–, acorde a los informes ofrecidos por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) como del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Respecto a Tamaulipas, ocho ciudades del estado aparecen en la lista del estudio denominado ‘La violencia en los municipios de México’, elaborado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, A. C.
Y de éstas, sólo Reynosa y Victoria superan el promedio nacional (que es de 23.40 puntos), al comparárseles con otras 100 localidades urbanas con altos índices delictivos.
El clima de violencia en 2023, sin embargo, aquí ha disminuido acorde a la más reciente ‘Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública’, aunque en menos porcentaje en ambas plazas.
Como fuere, el patrullaje de militares, marinos y policías federales aún es insuficiente para vigilar los 43 municipios de la entidad, por lo que surge la necesidad de reclutar más elementos (estatales) que apoyen el combate al crimen como lo ha manifestado, reiteradamente, el gobernador Américo Villarreal Anaya, ya que la corporación doméstica en poco, aunque se de manera efectiva, ha podido contribuir a la persecución del delito, ante la carencia de efectivos.
Hay que recordar que, al inicio de su administración gubernamental, el mandatario planteó la necesidad de contar con más/menos 10 mil policías, para atender la demanda (prioritaria) de la ciudadanía, puesto que, con los 2 mil 700 elementos (entonces) en activo sería más complicado diezmar la delincuencia.
El objetivo primario en materia de seguridad pública, ahora, y desde su instalación gubernamental, Américo Villarreal Guerra lo definió así: contar con una policía estatal capaz de garantizar la seguridad de los tamaulipecos.
Y por ello se ha puesto énfasis en una campaña de reclutamiento de elementos de Seguridad Pública de Tamaulipas, harto atractiva, que ofrece a los interesados mejores salarios y prestaciones.
De todo eso está enterado el presidente, quien manifestó ayer que su percepción es que, en esta materia, el Estado (léase Gobierno) avanza y mejora la seguridad de los tamaulipecos, como se puede constatar en los reportes diarios, los cuales reflejan el trabajo ininterrumpido que llevan a cabo de las autoridades federales y estatales para restablecer la paz social, que se deterioró debido a la irresponsabilidad de gobiernos del pasado.
El presidente de nuevo elogió al gobernador Américo Villarreal Anaya de quien destacó que está pendiente de los asuntos estatales y que todas las mañanas asiste a las reuniones de la mesa de seguridad.
El compromiso presidencial y estatal es seguir avanzando en la baja de la incidencia delictiva, para lo cual existe una estrategia diametralmente opuesta a la aplicada durante el período neoliberal, basada en el exterminio de los infractores de la ley.
La estrategia actual va a las causas de la violencia, atendiendo las necesidades básicas de la gente como el ingreso, la educación, el empleo, la vivienda, la salud y muchas más, porque el de la 4T es un gobierno humanista.
No lo dijo el presidente, pero está más que claro que la derecha usa la violencia, el terror y el miedo como instrumentos de ataque político para defender intereses particulares e inconfesables.
No le importa a la derecha mentir, confundir, engañar, por tal de obtener sus objetivos, siempre contrarios a los intereses del pueblo.
Tal es la estrategia que una vez más han puesto en práctica, ante el inicio de una nueva competencia electoral, pero ya lo dijo el propio tabasqueño: ‘La derecha está moralmente derrotada’.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
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