El 10 de diciembre es el Día del Payaso en México, pero no crea que de SALUEL GARCIA, el muchacho naranja, o cualquier otro de esos políticos que andan con tanta payasada tratando de congraciarse con el electorado, no, de esos ya se ha dicho y se seguirá diciendo mucho y nada o casi nada es bueno, aparte, las actuaciones de la mayoría de esos personajes no tienen ni tantita gracia como para aplaudirles.
Y es que los payasos políticos, póngale el nombre que Usted quiera, no alegran, dan tristeza, más que diversión causan al pueblo molestias e indignación por su mala actuación, pero, aun así, sin importarles la rechifla del respetable y enfundados en diferentes colores hacen sus shows parecidos en lo ridículo, más en estos tiempos, esa es la razón por la que en esta ocasión no nos referiremos a esos personajes, no a esos payasos de tan poca calidad histriónica.
Esta colaboración es para recordar que mañana es el Día del Payaso en nuestro país, pero de los que realizan su profesión con pasión y aunque traigan pena en su corazón a su actuación le ponen emoción y nos hacen reír, pasar ratos de diversión.
Ese día, 10 de diciembre, es especial para los payasitos, para esos seres que maquillan su tristeza para dibujar sonrisas en todos nosotros, los que aun con dolor en el alma reparten alegría porque ese es su oficio y lo realizan con dignidad y responsabilidad.
Porque además, mientras que los payasitos de profesión hoy celebrarán su día con emoción y devoción, pues las payasadas de los payasos de la política comenzaron desde hace varios meses aunque en estas fechas andan más activos, la cercanía de las elecciones les llena de emoción, solo que su actuación ya pocos se las creen porque sabemos que lo único que quieren es presupuestos, además son tan malos que a leguas se ve que su función no es por llevarle alegría a la población, es porque quieren ganar la elección.
Peor aún, los payasos de la política tratan de confundir a la ciudadanía, se enfundan en atuendos multicolores para hacer su show tratando de convencer al respetable de que les den el voto de confianza, aunque no cambian de guion, casi todos dicen harán una buena gestión, aunque no aclaren que para sus cuentas bancarias o las de sus cuates.
Payasos políticos abundan, lo peor es que quieren que el pueblo les aplauda sus payasadas, los hay de todos los colores y todos parece están diseñados con el mismo patrón y cortados con la misma tijera, la gran mayoría traen el mismo libreto para desilusionar a la población, esos hoy no merecen ninguna felicitación.
Debemos aclarar, los payasos de oficio, de profesión, saben que al dignificar su labor también dignifican a sus familias, se ganan la vida divirtiendo, arrancando sonrisas, se esfuerzan para hacer su mejor función y ganarse la remuneración, mientras que los políticos son todo lo contrario, así que de una vez les ofrecemos una disculpa a los payasitos por mezclarlos con semejante fauna.
Los payasitos de oficio y profesión este día además de agradecer y festejar piden a DIOS y a la GUADALUPANA el poder hacer sonreír y llevar alegría a la gente, mientras que los payasos políticos muestran que son mal agradecidos, más cuando ya ganaron la elección.
Muchos son los políticos que hoy traen la sonrisa tatuada en el rostro y su corazón acelerado, pero no de devoción por la GUADALUPANA o por las ganas de dar alegrías al pueblo, sino por el poder, fama y fortuna que les representa el que les elijan como candidatos, de ahí que unos y otros andan haciendo payasadas para llamar la atención, para ver si en estos días sus partidos les dan la nominación.
De esos, los payasos de la política y las tristezas que causan, no todos, pero si la gran mayoría, ya hablaremos en otra ocasión, porque hoy el espacio es para los que con amor y dedicación hacen de su profesión un empleo digno que realizan con gran emoción.
A los PAYASITOS que este 10 de diciembre celebrarán su día y como cada año lo harán con alegría, agradeciendo el tener vida y con amor dedicarán su mejor sonrisa y función con devoción a la virgen de GUADALUPE, para ellos va nuestra felicitación, respeto y admiración.
POR ROSA ELENA GONZÁLEZ
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