CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Esta es una cría de nauyaca real (Bothrops asper), ampliamente reconocida como la serpiente más peligrosa de América. Factores como su hábito de rondar asentamientos humanos en busca de calor y su altamente irritable temperamento le han ganado una reputación temible tanto en la ciencia como en el folclor de cada región en la que habita.
El año pasado organicé cinco viajes a la Reserva El Cielo con el máximo objetivo de encontrarla entre su selva tropical. Caminé fácilmente más de 20 noches enteras en total, aunque las condiciones rara vez estuvieron de mi lado – en algunas no paró de llover hasta el amanecer, otras estuvieron marcadas por periodos previos de sequía. Tengo un par de muy chidas anécdotas sobre los momentos de eureka tras cientos de kilómetros acumulados de caminata, pero dado que esas lidian con los gigantescos ejemplares adultos, las dejaré para otra edición.
Las fotos muestran al último ejemplar que hallé, una cría muy defensiva que no paró de tirarle mordidas a mi cámara. Estuve sonriendo todo el tiempo por la obvia ternura de la confianza que la lombricilla esa tenía en sí misma al enfrentarse con un potencial depredador de 350 veces su masa corporal, hasta el punto de olvidar que ese fideo enojado de verdad podría matarme si bajaba la guardia. Cosa hermosa, aún así.
¿Por qué en algunas fotos aparece sobre plantas? Pues, las crías de esta especie son semiarborícolas, o sea que pasan mucho tiempo en arbustos – donde la encontré. Un par de horas antes, caminé entre vegetación extremadamente densa buscando por el suelo a su mamá (finalmente con éxito, permítanme presumir) y, al ahora ver a esta letal criaturita pasar casi perfectamente desapercibida sobre un arbusto, me di cuenta de lo afortunado que había sido hasta ese punto. No se puede ser demasiado cuidadoso al desplazarse por la selva.
La legendaria fer-de-lance en El Cielo, Tamaulipas.
Por. Marco Zozaya
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