El cabecismo residual que se mantiene en algunas posiciones de poder en Tamaulipas, carga contra el PAN más tradicional, el único que puede darles una victoria casi segura y el que ha salido a dar la cara por el partido, ahora que pasaron los tiempos de su primer gobernador todopoderoso.
Exempleados de Cabeza de Vaca, algunos excolaboradores desde su paso por el gobierno federal y beneficiarios de las designaciones directas -se les conoce coloquialmente “dedazos”-, pretenden dar lecciones de moralidad y de democracia, cuando durante el sexenio pasado no cuestionaron el avasallamiento del partido por parte de Francisco, el gobernador, a través de su hermano Ismael.
La muestra más clara es que pese a la oposición de muchos panistas, Francisco hizo senador a su hermano, a quien quería proyectar para que lo sucediera en el cargo. Sí, ya sé, es absurdo -por decirlo con una palabra publicable-, pero sucedió, tal como sigue pasando en otras latitudes.
Los cabecistas, algunos de los cuales necesitan urgentemente el fuero legal para evitar ser detenidos cuando las investigaciones en su contra avancen, buscan cargos de elección popular. Otros, exempleados y excolaboradores de Francisco, se han unido en una campaña suicida golpeando a sus mismos compañeros de partido.
El principal argumento -risible por su incongruencia-, es que dicen defender la democracia y rechazar las imposiciones. Olvidaron convenientemente que muchos de ellos se beneficiaron de ese tipo de decisiones unilaterales del entonces gobernador. Algunos llegaron al Congreso, otros a Ayuntamientos y también a la estructura gubernamental.
La embestida del cabecismo residual se percibe principalmente en la zona sur, en donde primero intentaron impedir las aspiraciones del magistrado Andrés González Galván, a través de la dirigencia del partido en Tamaulipas que sigue controlada por el exgobernador, a través de su hermano Ismael.
Pero el enfrentamiento más fuerte se concentra en Tampico, en donde desde varios flancos se busca minar la fuerza política del Alcalde Chucho Nader, el mejor calificado del país de acuerdo con encuestas que desde hace más de 3 años realiza la empresa Consulta Mitofsky.
En el puerto, los cabecistas se oponen a que la diputada federal Rosa María González Azcárraga sea la candidata a la Alcaldía, a pesar de que es quien cuenta con el respaldo y la confianza de Nader, así como del panismo tradicional que aún recuerda lo autoritarios que fueron los Cabeza de Vaca.
Es simple: Los cabecistas quieren apoderarse de todo, ya lo comentaba hace días. En ese afán, que a veces raya en la desesperación, son capaces de llegar al límite de la autodestrucción.
Los hacen golpeando políticamente al único que mantiene una Alcaldía importante para el PAN en el estado y cuestionando los motivos por los cuales decidió depositar su confianza en alguien que puede garantizar la continuidad de un modelo de gobierno, que ha sido reconocido a nivel nacional.
La respuesta está ahí: La inclinación de Nader y del panismo tradicional de Tampico por González Azcárraga se funda en la lealtad y en la certeza de que la legisladora sabe que preservar la unidad permitirá sacar adelante el compromiso de ganar la elección.
Una razón más es que la aspirante entiende que se trata de un proyecto de largo plazo que incluye rescatar el partido de las manos de los cabecistas, no de cumplir un mero capricho personal de los que siguen añorando los buenos tiempos del sexenio pasado.
Como parte de la batalla del cabecismo residual contra el PAN más tradicional, ahora quieren reagruparse para enfrentar directamente a la Cuatroté.
El plan es hacerse de la mayor cantidad posible de candidaturas a Presidencias Municipales y a las diputaciones locales, para desde ahí dirigir acciones contra el gobierno estatal, haciendo una campaña de contraste entre la administración de Francisco y la actual. La confrontación llevada al máximo nivel, como sucedió en la campaña por la gubernatura.
Y en ese sentido, apuntan a colocar en el primer sitio de la lista de diputados plurinominales a Ismael, actual senador, quien por muy obvias razones ya no puede aspirar a llegar siquiera como primera minoría a la Cámara alta, dado el desgaste de la marca política personal.
Con Ismael en el Congreso como diputado plurinominal y con Gerardo Peña Flores en la dirigencia estatal del partido, la cofradía cabecista quiere reencauzar sus esfuerzos para tratar de regresar en cinco años.
Para poder lograrlo, necesitan tener las Alcaldías en los principales municipios es parte del proyecto y para eso buscan seguir desgastando los pocos liderazgos regionales que aún existen.
La misma dinámica se observa en otras regiones, pues mientras en el sur hay varios aspirantes inscritos en el proceso interno que tienen un innegable sello de pertenencia al establo de los cuernos, hay localidades en donde de plano han impuesto a sus incondicionales como en Reynosa, Aldama, Victoria y Nuevo Laredo, a pesar de la oposición interna.
Como ayer comentaba en este espacio, mientras los morenistas traen su propia guerra intestina y la dirigencia estatal del partido no ha podido o querido actuar para poner orden y evitar una división grave, los panistas de siempre ahora enfrentan por su parte los ímpetus de la cofradía cabecista que a toda costa quiere imponer a sus candidatos.
Como se ve, en ambos bandos hay detalles que pueden incidir en el rumbo de las campañas y en los resultados finales.
EL PRESIDENTE Y EL DINERO SUCIO
Un extenso reportaje del periodista estadounidense Tim Golden en el medio digital ProPublica, revolvió otra vez las acusaciones por el presunto uso de dinero sucio en las campañas presidenciales de México.
El trabajo hace referencia a una investigación de la DEA en la que se involucra a personajes muy cercanos al presidente López Obrador y sus supuestos tratos con líderes de organizaciones criminales, quienes presuntamente financiaron la campaña de 2006.
Ayer, Andrés Manuel lo negó y pidió aportar pruebas de los dichos en el reportaje, además de quejarse del gobierno estadounidense por permitir que esto suceda.
Lo que no dijo es si va a proceder legalmente contra quien, afirmó, lo está calumniando. Ojalá lo haga, para que quede claro que su exigencia tiene fundamentos y efectivamente en su campaña de entonces no hubo dinero del crimen organizado como afirma Golden, basándose en la referida investigación de la DEA.
POR TOMÁS BRIONES
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