CIUDAD DE MÉXICO.- En medio de la severa crisis hídrica que atraviesa el país que podría desencadenar graves recortes de agua en diversas entidades, aún es posible realizar acciones para mitigar este complicado panorama.
Y es que, de acuerdo con el Monitor de Sequía de México, el país atraviesa la más grave sequian de al menos los últimos 12 años, para muestra de ello, el reciente anuncio del déficit en el Sistema Cutzamala que abastece a la Zona Metropolitana del Valle de México.
Sin embargo, más allá de cerrar el grifo, recolectar el agua de lluvia y reciclar el agua tras lavar la ropa, hay otro tipo de acciones que podrían ayudar a cuidar el agua, como por ejemplo dejar de tomar refresco.
¿Tomar refresco es un desperdicio de agua?
De acuerdo con datos de la Universidad de Yale, en 2019 México ocupó el primer lugar entre los países con mayor número de consumidores de refresco con 163 litros al año por persona, 40 por ciento más que Estados Unidos, que ocupó el segundo lugar con un consumo de 118 litros.
En el país, el consumo por persona es de 163 litros de refresco al año, superando 7.3 veces el promedio mundial.
Además de que el refresco y bebidas azucaradas dañan gravemente la salud, provocando enfermedades como la diabetes y obesidad, su producción requiere un gran consumo de agua potable.
Tan solo Coca-Cola, comunicó en 2006 que en el proceso de sus bebidas se emplean hasta 200 litros de agua por cada litro de refresco producido. En ese año usaron un total de 290 000 millones de litros para la producción.
El enorme desperdicio de agua en este sector se emplea en las etapas del proceso productivo como enfriamiento, limpieza y calefacción.
Sin embargo, son muchas las refresqueras y cerveceras que realizan este tipo de prácticas sin contar con un plan para el cuidado del agua ni de las emisiones que generan con sus procesos, por lo que son menos eficientes.
Por si eso fuera poco, de acuerdo con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) estas empresas obtienen de los mantos acuíferos alrededor de 7 millones 900 mil metros cúbicos de agua cada año, a una tarifa que se paga por metro cúbico de agua de 19.82 pesos.
Además, los envases, botellas y latas que se generan en la producción de este tipo de bebidas, también
¿Qué podemos hacer nosotros?
Así, como individuos responsables no solo de su salud, sino también del cuidado del agua y del medio ambiente lo menos que podrían hacer las es evitar consumir mucho refresco y además de evitar el enorme daño al medio ambiente que estas bebidas producen, también se estaría previniendo graves enfermedades.
En lugar de refresco, es mejor optar por agua de sabor o de fruta, opciones totalmente saludables y amigables con el medio ambiente.
De acuerdo con la Gaceta UNAM, el alto consumo de refrescos trae consigo mayores costos al erario público para tratamiento de enfermedades asociadas, como diabetes o cáncer, menor productividad laboral, gastos importantes para la población y pérdida de la calidad de vida.
Además de costos ambientales, como apropiación del agua por embotelladoras de refrescos, falta de agua para uso personal y cultivo local, intensa extracción del agua del subsuelo y afectación del manto freático.
CON INFORMACIÓN DE EXCÉLSIOR