Un día de la década de 1960 el pintor y escultor mexicano Jorge González Camarena asistió a una fonda de comida de la ciudad de México en la que conoció a una mesera que laboraba en el establecimiento que poseía una belleza excepcional que impactó al artista.
Se llamaba María Victoria de los Reyes Dorantes Sosa, hermosa joven tlaxcalteca de origen otomí de tez morena, cabellera negra azabache, de cuerpo escultural y rasgos indígenas que tenía 19 años, una mujer discreta, callada, pero dueña de un porte majestuoso.
Cuando el pintor, que había estado buscando a una mujer que sirviera de modelo para una de sus obras, la conoció, supo de inmediato que era la indicada y le pidió que posara para un trabajo que tenía en proyecto, pero la joven se negó a causa de que su esposo, Rodolfo Rubio Rojas, un guardaespaldas del gobierno del Estado de Hidalgo, que la maltrataba constantemente, no le permitía ese tipo de empleos.
Más tarde, sin embargo, cuando el pistolero fue asesinado, la bella mujer aceptó el ofrecimiento, sin imaginar que aquella decisión la haría famosa y daría un giro inesperado a su vida. La pintura serviría de portada de los libros de texto gratuito de educación primaria, en la que aparecería como símbolo de la Patria, que enarbolaba con la mano izquierda la asta de la bandera mexicana y con la derecha sostenía un libro abierto que varias generaciones de alumnos conocieron.
La imagen de la distinguida modelo mexicana se internacionalizó debido a que también apareció en otras obras pictóricas, una de ellas la de un mural llamado “Integración Latinoamericana” que González Camarena pinto en el interior de la Universidad de Concepción de Chile, por encargo del gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz, que estaba inspirada en el poema “Canto General” de Pablo Neruda en la que el rostro de Victoria aparece en varias partes de la pintura.
De acuerdo con el historiador y biógrafo de Victoria, Wilebaldo Herrera Téllez, pese a que algunos periodistas la han difamado afirmando que la joven era mesera de una cantina, la realidad es que, si era una mesera, pero de un expendio de alimentos de la capital del país.
Fue la séptima hija del matrimonio formado por Enrique Dorantes y Micaela Sosa, nació a las 23 horas del 16 de diciembre de 1922 en la Hacienda de San Lucas Coaxamalucan, del poblado de Tetla, municipio de Tlaxco, en donde trabajaban sus padres.
Llevó una vida solitaria y tras convertirse en pareja sentimental del pintor jalisciense prácticamente vivió enclaustrada y hasta donde se sabe, solo estudio la primaria.
El secretario de educación pública del gobierno del presidente Adolfo López Mateos, Jaime Torres Bodet, solicitó al pintor González Camarena el dibujo que representaría a la Patria, y se sabe que otros pintores prestigiados, como Gerardo murillo Coronad, mejor conocido por el seudónimo de Dr. Atl. y Diego de Rivera, trataron también de plasmarla en uno de sus lienzos, pero no lo consiguieron.
Tenemos entendido que el referido historiador y otros personajes han pedido a las autoridades que se le otorgue a la modelo un reconocimiento con la auténtica biografía y se aclaren los embustes que algunos han inventado voluntaria o involuntariamente para que se conozca la verdad de esta mujer que se ha convertido en un icono de la memoria popular mexicana.
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ
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