La definición del candidato a la alcaldía de Victoria por parte de Movimiento Regeneración Nacional (morena) se conocería la semana próxima, aunque la Comisión Nacional de Elecciones haya anunciado (el día uno del mes en curso) que la fecha se recorrería hasta el día 19 de marzo. En la víspera de que el Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam) cierre la etapa de registros, a iniciar el día 15 del mes entrante.
Así que paulatinamente se darían a conocer las otras 41 nominaciones a los ayuntamientos y, desde luego, las 22 diputaciones locales de mayoría relativa –tras resolverse el caso de Victoria, pues en Ciudad Madero quedó ya zanjado el conflicto por apremio de tribus locales–, como lo han ofrecido el delegado partidista Mario Llergo Latournerie y la dirigente estatal Yuriria Iturbe Vázquez.
Esto me lleva a considerar que nunca, como ahora, en Victoria demoró tanto la postulación de candidatos en pleno proceso selectivo. Aunque creo también que la dilación obedece a la exigencia ante el alto mando partidista surgida de un erróneo influyentismo, y que forma parte de una estrategia para sacudirse precisamente a los aspirantes mentecatos e irreflexivos.
Aquí en la capital tamaulipeca, gracias al trabajo conjunto que realizan los tres órdenes de gobierno –federal, estatal y municipal–, hay tendencias, por parte de la población, de jugársela con el proyecto de la transformación doméstica abiertamente, si Eduardo Abraham Gattás Báez es postulado.
Sobre todo, porque él:
a) Tiene el derecho constitucional de buscar la reelección;
b) Trabaja cotidianamente por el bienestar de los victorenses;
c) Conoce y es amigo de la estructura municipal de morena, así como de los sectores empresarial, comercial, sindical y mantiene buena relación con los estudiantes, jóvenes trabajadores y amas de casa; y
d) Sus vínculos con los jefes del poder ejecutivo federal y estatal, han producido apoyos sustantivos a la demarcación.
Además, hay que destacar que ‘Lalo’ durante la etapa de persecución política de que fue objeto, por parte de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, nunca se acobardó ni dejó de apoyar a Américo Villarreal Anaya (en principio como senador y luego como candidato gubernamental), quien fue igualmente perseguido y amenazado por su antecesor.
Los archivos hemerográficos plasman puntualmente mi apreciación sin dejar lugar a dudas, así como el escrutinio electoral de hace tres años, que, por supuesto, bien recuerdo.
‘Lalo’, como candidato de la alianza morena-PT a la alcaldía obtuvo 52 mil 462 votos. Los suficientes para derrotar a sus ocho contrincantes. María del Pilar Gómez Leal –candidata del entonces gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca–, su más cercana competidora perdió al intentar la reelección, con todo y que la maquinaria político-financiera del estado haya estado apoyándola.
Como aliados de Gattás Báez, en las candidaturas a diputados por los distritos XIV y XV, con cabecera en Ciudad Victoria, participaron (hace tres años) José Braña Mojica y Juan Vital Román Martínez, respectivamente.
El primero alcanzó 25 mil 739 votos; y el otro 26 mil 369.
Empero, ahora el sobrino (en segundo grado) de López Obrador exige la candidatura a la alcaldía de Victoria –ni siquiera lo hace su homólogo del Congreso local que lo superó con 630 votos–, por creer que su parentesco lejano con el Presidente de la República lo amerita.
¿Y qué méritos tiene él, en política y trabajo legislativo?
¡Uf!
No obstante, conserva a su lado corifeos, panegiristas y uno que otro ‘vendedor de ilusiones’ que le dan cuerda, haciéndole creer que merece la candidatura a la alcaldía.
¡Cretinos!
Sainete en puerta
La retahíla de nombres que se maneja hacia el interior como en el exterior de morena, para de ahí seleccionar candidatos a los 43 ayuntamientos y 22 diputados uninominales, evidencia la amenaza de un sainete interpartidista de pronóstico reservado.
Pero quienes aún aspiran ser considerados como los prospectos más viables para la nominación, obligados están, por convicción propia o falsa disciplina, a bailar al son que les toque su líder político.
Es decir, el Gobernador.
De otra forma tendrían que buscar alternativas fuera de la entidad –si acaso lograran comprobar su residencia y ser aceptados por quienes los considerarían extraterrestres–, y, en lo que toca a los más rebeldes e indisciplinados, en membretes opositores, pues sólo en mentes obtusas cabe la presunción de que con, sin y a pesar del mandatario estatal podrían acceder a las posiciones en disputa.
De cualquier forma, hay aspirantes que insisten en moverse allá en la Ciudad de México buscando la tutela de Mario Martín Delgado Carrillo, al creer que éste por el simple hecho de presidir el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de morena determinaría las candidaturas, pues su insensibilidad no les permite entender que lo que el colimense requiere, hoy por hoy, es la coincidencia con el jefe político tamaulipeco, quien seguramente no está dispuesto a satisfacer caprichos.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
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