En marzo del año pasado Tesla confirmó que instalaría una planta de ensamble de vehículos eléctricos en México, en el municipio de Santa Catarina, N.L. con una inversión inicial de 5000 millones de dólares. Este anuncio le dio un capital político al gobernador de Nuevo León Samuel García ya que su persistencia hizo posible que Elon Musk definiera a Nuevo León como el destino para dicha planta. Sin embargo, de entonces a ahora poco avance se aprecia para su instalación. De hecho, se llegó a dudar de que realmente se fuera a instalar ya que ni siquiera los permisos necesarios para la construcción habían sido tramitados a excepción del cambio de uso de suelo.
El pasado viernes 23 de febrero, el gobernador Samuel García anunció que este próximo fin de semana iniciarían los trabajos de construcción aunque no aclaró si serian trabajos que realizaría la compañía o el gobierno del estado, ya que la compañía había solicitado que se llevaran a cabo algunas obras de infraestructura que requeriría la fábrica para su operación, entre las cuales se encuentra la construcción de una subestación de energía eléctrica, construcción y ampliación de vías ferroviarias, la infraestructura para suministrar agua tratada y agua potable.
La Gigafactory de Tesla es una de las inversiones que forman parte de la tendencia conocida como nearshoring donde empresas extranjeras se reubicarían en México para acercar sus productos a los Estados Unidos. Sin embargo, las condiciones económicas de Tesla no son las mismas de hace un año, durante el año pasado ya mostró una caída en su crecimiento y de hecho, en lo que va del año ha caído el valor de sus acciones de alrededor de un 20% (250.08 dólares el 2 de Enero a 200.42 el 28 de febrero), lo que hace que el gigante automotriz haya perdido.
La estrategia de centrarse en la producción de vehículos eléctricos de alto valor le dio un gran impulso inicial, pero el crecimiento de ventas con vehículos costosos no es fácil.
De acuerdo con una publicación de investing.com, una encuesta hecha por Global Mobility de S&P reveló que el 48% de los encuestados considera que los precios de los vehículos eléctricos son demasiado elevados para sentirse cómodos, y el 62% espera a que mejore la tecnología antes de plantearse la compra de uno.
El año pasado Elon Musk había dicho que en un entorno de tasas de interés altas y con la perspectiva de que mantengan esos niveles elevados por un período prolongado, ha significado una afectación en la demanda de automóviles. Esto ha hecho que detenga la construcción de la Gigafactory en Nuevo León, al respecto ha expresado “En México estamos sentando las bases para comenzar la construcción y estamos abordando todos los temas a largo plazo, pero creo que queremos tener una idea de como es la economía global antes de ponernos de lleno con la fábrica de México”.
Por otro lado, un buen número de proveedores de autopartes originarios de China ya se están acercando a ver los alrededores de la zona que ocupará la Gigafactory. Bloomberg señaló que Musk había invitado a proveedores chinos a México para replicar la cadena de suministro que tiene la firma en su planta de Shangai.
Como buen conocedor de los negocios, Musk sabe que el instalar la planta en las mejores condiciones para que el mercado acceda a sus automóviles es básico para tener un buen inicio y no perder dinero.
Por lo pronto el gigante chino productor de autos eléctricos BYD está considerando instalar una fábrica en México, lo que representaría ofrecer vehículos a menores costos en el mercado americano. Veremos en los hechos que es lo que realmente ocurre. Por su parte México sin duda debe estar listo para estas inversiones.
POR FRANCISCO DE ASÍS