Pervertir: Alterar o modificar viciosa o malignamente una virtud, una costumbre, un comportamiento, una ley…
Diccionario del Español de México, El Colegio de México.
En los meses recientes ha sido recurrente la discusión sobre la democracia en medios y redes sociales. Analistas y comentaristas políticos han empleado largas horas en debatir cuál es la mejor definición y cuáles actores políticos: gobernantes, partidos o candidatos son demócratas o no.
Afortunadamente y para los efectos electorales los mexicanos estamos a salvo de esas complicadas (re)interpretaciones teóricas porque la Constitución contiene un texto que explica en forma clara que, se entiende a la democracia como una estructura jurídica y un régimen político, y además, como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.
En ese contexto, en el proceso electoral actual, los candidatos, los partidos, y las coaliciones, tienen como fin obtener la mayoría de los votos para triunfar en las elecciones, acceder al poder público y procurar el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo, porque esos son los fines de la democracia mexicana que están definidos en la Constitución.
Pero, la derecha opositora no tiene esas metas, por eso su candidata a Presidenta de la República avanza sola desde el 1 de marzo en donde no fue acompañada ni a la marcha ni al mitin que encabezó en Fresnillo Zacatecas, por eso ninguno de los dirigentes del PAN, del PRI o del PRD estuvo ahí.
Mientras su candidata a Presidenta de la República llevaba a cabo sola casi todos los actos de su precampaña, los dirigentes del PAN, el PRI y el PRD discutían en reuniones secretas, cómo integrar las listas plurinominales de senadores y diputados que garantizan su presencia y la de sus cercanos en los grupos parlamentarios del Congreso de la Unión.
A diferencia de su candidata y de sus electores de la clase media, la derecha partidista opositora PAN, PRI, y PRD, no aspira a ganar la Presidencia y tampoco la mayoría en las cámaras de diputados y senadores, su meta es integrar bancadas de minoría con los votos legislativos necesarios para obstruir el trabajo del gobierno que obtendrá la mayoría de los votos.
Llama la atención que los partidos de la Coalición Fuerza y Corazón por México se propongan la integración de una “mejor minoría” como única meta, para impedir que el ganador de las elecciones tenga mayoría calificada, pueda hacer reformas a las leyes y realizar su trabajo, esa es una perversión de los fines de la democracia, y una traición a sus propios electores.
Los partidos políticos son entidades de interés público, lo que quiere decir que se constituyen para acceder al poder público y procurar el bien, la felicidad, o el beneficio de la toda la nación, y tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática.
En el pasado reciente el PAN, PRI y PRD se han negado sistemáticamente a discutir las propuestas de reformas a la constitución y a las leyes, y se opusieron ante la Suprema Corte de Justicia a la aplicación de las que fueron aprobadas por la mayoría de los diputados y senadores, obstruyendo así el trabajo del gobierno. Repetir esa fórmula en pleno proceso electoral, en vez de luchar por ganar la mayoría de los votos, es una forma de corromper la democracia y una apuesta riesgosa que puede generar y merecer el repudio de sus propios simpatizantes.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ