Don Eulalio se despertó muy temprano como siempre, vio el reloj/radio que había en la habitación, marcaba las 4:30 de la mañana, era un cuarto de hotel, había llegado a la capital del estado la noche anterior y ahí se había hospedado. Se incorporó y prendió la luz, vio una cafetera y sobres con café, y se preparó un café. Había ido para platicar con un americano, este le llamó para comprarle nuez que se daba en los nogales de su rancho, tenía 3 hectáreas con nogales que el atendía muy cuidadosamente y producían nuez “cascara de papel” muy apreciada en el mercado.
Empezó a recordar, hacía diez años que dejó de vender la nuez, parte la vendía en el mercado del pueblo y otra parte la llevaba a los mercados de la capital del estado, pero la delincuencia organizada empezó a exigirle pago por dejarlo ir a vender su producto y el prefirió dejar de hacerlo, subsistía vendiendo legumbres y leche, que los compradores pasaban a recoger y con eso no tenía problemas. Desde entonces dejo de recoger la nuez y esta caía y se pudría en el suelo sirviendo de abono al mismo, pero no dejó de atender a los árboles, los había sembrado su abuelo y aún daban mucho fruto.
A las diez de la mañana estaba en la recepción del hotel esperando al potencial comprador. De pronto una voz con acento americano le dijo:
-Hola don Eulalio, soy Harry Smith. Don Eulalio volteó hacia donde provenía la voz, y vio a un individuo mas bajo que él, de cara rojiza y pelo rubio.
-Hola míster Smith, soy Eulalio Olguín, ¿Cómo está usted? -Le respondió.
– Bien, gracias por preguntar. ¿Le parece si nos sentamos en el comedor? Don Eulalio asintió y se acomodaron en una mesa alejada de los demás comensales. Pidieron un café y don Eulalio sacó una bolsa con nueces que llevaba como muestra,
– No, no hace falta que me muestre el producto, lo conozco muy bien. Tengo mas de diez años tratando de acercarme para comprarle, pero por una u otra cosa no había podido. Que le parece se pasamos directamente a hablar del precio.
Un poco desconcertado don Eulalio asintió, le dio argumentos de porque su producto era el mejor y finalmente le dio su precio, el cual estaba un 40% por arriba de lo que el creía adecuado, pero sabía que, si llegaban a hacer trato, los delincuentes irían por su “piso”.
Harry le dijo que era mas caro de lo que el pensaba y que así no podría comprarle, pero que si bajaba algo tendrían un buen trato. Don Eulalio dio argumentos de que el transporte, almacenaje, etc. encarecían el costo y por eso le estaba dando ese precio pero que le podía bajar un 5%. Harry le dijo inmediatamente.
-No don Eulalio. Usted no tiene que mandar el producto, yo vengo por él. De hecho, traeré gente y equipo para bajarlo desde el árbol.
Don Eulalio sorprendido respondió:
-Bueno, siendo así le puedo bajar un 20%.
A lo que Harry contestó:
-¡Excelente! Ya tenemos un trato. Nos ponemos de acuerdo para recoger la primera cosecha.
Era un excelente trato, iba a ganar un 20% más de lo que hubiese sido el precio normal, sin embargo, don Eulalio se quedo con un sentimiento de culpa porque Harry se iba a sentir sorprendido cuando los delincuentes lo detuvieran y le exigieran el pago de piso. Por lo que le dijo a Harry:
-Le tengo que decir una cosa míster Smith -le dijo a Harry apenado- No he sido del todo sincero con usted.
– Como es eso don Eulalio. Dígame, sin problema, estamos en confianza -contesto Harry.
-Mire, yo tengo diez años que no vendo mi nuez porque desde entonces hay delincuentes aquí en la zona y me han querido cobrar derecho de piso por dejarme pasar con la mercancía. No dudo que lo buscarán a usted para obligarlo a pagar, la última vez que me buscaron a mí querían un 35% del costo del producto. Llegamos a un acuerdo, pero si usted cree que es injusto o que no está de acuerdo, lo entenderé.
-¡No don Eulalio, un trato es un trato y no me voy a echar para atrás!, y por ellos no se preocupe. Son mis socios.
POR FRANCISCO DE ASÍS