El delegado de morena en Tamaulipas, Mario Rafael Llergo Latournerie, ha provocado un cisma entre la clase política estatal del membrete guinda. De ¡pronóstico reservado!
¿Por incapacidad para la operación político? ¿O adrede?
Sobre la primera interrogante, advierto claramente su falta de oficio, ya que es la primera ocasión en que le delegan una responsabilidad partidista.
Y respecto al segundo enigma, ofrece la impresión de que sólo llegó al estado para concretar la orden de su guía partidista –Mario Martín Delgado Carrillo–, quien habría negociado las candidaturas en la Ciudad de México; o generar caos por instrucciones de su verdadero jefe Adán Augusto López Hernández, quien le tiene rencor a la entidad porque (supuestamente) aquí (concretamente en Reynosa), el entonces delegado regional de la Secretaría de Bienestar, Luis Miguel Iglesias Elizondo, ordenó sabotearle un evento al hacer campaña por la candidatura presidencial.
Llergo Latournerie trabajó en el gobierno de Adán Augusto en Tabasco como secretario de Bienestar, Sustentabilidad y Cambio Climático; y de ahí brincó como candidato a diputado federal por el sexto distrito, por orden del entonces mandatario estatal, adjudicándose la curul uninominal (con apoyo gubernamental, por supuesto).
Ha ocupado otros cargos administrativos, pero de menor monta. Como también una suplencia de diputado local, en su tierra natal.
Ahora, tras la desmembración partidista, provocada por sus mentiras y yerros, es señalado como un E.T. (extraterrestre) impositivo en Matamoros, como en Reynosa, Ciudad Madero y Altamira (para definir las candidaturas a las alcaldías), como lo han denunciado los cuadros más valiosos de la 4T al sentirse burlados, lastimados y violentados sus derechos partidistas ante las decisiones centralistas que atiende Llergo Latournerie.
Su presencia en Tamaulipas, por tanto, ya resulta incómoda, pues hay desconfianza en otros municipios de que atribuya las candidaturas edilicias por recomendación y no basadas en la trayectoria, el trabajo, la experiencia ni liderazgos municipales.
¿Y la dirigente estatal de morena, Yuriria Iturbe Vázquez?
Como el chinito, ‘nomás milando…’
Brincos de gusto
Los candidatos nominados por la coalición ‘Fuerza y corazón por México’, a las alcaldías de Matamoros y Reynosa, brincan de gusto, cuando menos, al suponer que sus pares de morena serían ‘flanes’ en la contienda en el caso de confirmarse legalmente.
Obviamente, me refiero a Norma Leticia Salazar Vázquez (Matamoros) y Luis René Cantú Galván (Reynosa), pero no hay que descartar a quienes juegan por Movimiento Ciudadano (MC) pues traen con qué dar la pelea en la justa, como son los casos de Rigoberto Ramos Ordoñez y Roberto Lee Ponce, respectivamente.
En Ciudad Madero, Carlos Fernández Altamirano (PAN) ilusamente se siente capaz de ganarle a Erasmo González Robledo. Y allá en Nuevo Laredo, Yahleel Abdala Carmona, lo mismo manifiesta porque va por la revancha contra Carmen Lilia Cantúrosas Villarreal.
Sobre todo, ahora, suponen, por la convulsión que muestra morena en la definición de candidaturas a las alcaldías que probablemente se repita al ‘destaparse’ sus abanderados a los 22 distritos electorales locales.
En esto hay que poner atención.
Más cuando el enemigo de morena parece estar en su propia casa.
Consecuencia de eso es el posicionamiento del PVEM que, por ahora, dice estar aliado a la 4T, pero, ya con el poder en la mano, es obvio que se rebelaría al obtener más espacios legislativos (federales y locales), edilicios y hasta administrativos, en caso de ganar en la alianza la Presidencia de la República.
Fuego amigo
Circulan en redes sociales cualquier cantidad de comentarios hostiles hacia determinados candidatos a diputados federales y alcaldes de morena.
Sobre todo, en contra de los más posicionados, lo que lleva a suponer que hay una estrategia prefabricada para que este proceso electoral cobre ‘tintes’ democráticos.
Cierto es que los morenazos, en lo individual, no crecen, apostándole su futuro al efecto lópezobradorista; quienes juegan por la alianza ‘Fuerza y corazón por México’, prácticamente se sienten aniquilados.
Así que esos ataques mediáticos, en contra los candidatos de morena, podría generarla su propia estructura inconforme por no haber sido incluida en las candidaturas, como claramente se ve en la frontera.
Allá en esos municipios, que han sido los más participativos en toda contienda, hay grupos de interés que ‘chaquetean’ y operan para que este proceso lo gane la oposición, pues suponen que los candidatos de su partido, al no ser parte de sus grupos, tampoco merecen su apoyo.
Acá en el corazón de la entidad se advierte el ‘fuego amigo’ en contra de Eduardo Abraham Gattás Báez, porque éste es el aspirante, de todos, que más se acerca a la gente del municipio; dialoga, convive, comparte vivencias y, lo mejor, mantiene una sincronía con la sociedad.
Obviamente el quehacer político de Gattás disgusta a quienes, como José Braña Mojica y Jorge ‘Tico’ García, quisieron descarrilar su proyecto.
De ahí el golpeteo animado por parte de quienes codician el poder, por simple capricho, o en aras de anular a quien consideran competencia en su apetito político-electoral.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
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