CIUDAD VICTORIA, TAM.- “He dejado aquello de jugar con la vida, hoy es todo lo contrario, es cuidar la salud, si la belleza viene acompañada, bienvenida”, es la reflexión del campeón internacional de Fisicoculturismo, Gerardo Gómez Garza, quien se abre de capa en “La Charla con Dani” y revela detalles de su trayectoria deportiva donde conquistó muchos triunfos que lo han llevado a practicar y promocionar los métodos y estrategias para una vida saludable.
El hijo de Benigno Gómez (QEPD) y María Alícia Garza, desde muy pequeño mostró interés por los deportes, en un inicio, su pasatiempo favorito era jugar basquetbol, disciplina que a los quince años y “accidentalmente” lo llevaría a encontrar su verdadera pasión.
“Cuando estudiaba en el Cbtis 24, yo jugaba de todo, pero sobre todo me iba a jugar basquetbol, como “el Estadio” siempre estaba lleno, me iba al “Siglo XXI”, el Gimnasio tenía aparatos, ahí es donde empecé a mover ‘fierritos’ con el afán de jugar mejor basquetbol”.
En 1997 comenzó a estudiar la carrera de Administración en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, “y resulta que ‘el Multi’ estaba nuevo y era gratis si eras alumno, yo estaba en Comercio y lo aproveché, tanto que hubo semestres que reprobé materias, es que ahí había todo, era como ir a un club, hoy en día es de lo mejor que hay en Victoria”.
Para el siguiente año, se inscribió en la Escuela Normal Superior de Tamaulipas y el fitness ya era parte importante de su día a día, ya no sólo era ir a ejercitarse, también estudiaba rutinas y dietas en foros de internet, la mayoría de España, de la mano de eso, su figura comenzó a resaltar y tuvo el valor de inscribirse a su primera competencia de fisicocultutismo, un Estatal.
“Me empujó el hecho de que yo me sentía suficiente para el desarrollo que tenía y la categoría que era la inicial. La noche previa no dormí y ese día me fui a escondidas, no le dije a nadie, era vergonzoso posar ante tanta gente y semi desnudo, me daba pena hasta conmigo mismo, fue muy duro”.
“…Llevaba muchos años entrenando y aunque ese día posé mal, lo gané, agradezco haber tenido el valor de hacerlo, fue le primer trofeo de mi vida, la emoción más grande que he sentido, es como un orgasmo”.
Al llegar a casa, emocionado le mostró el trofeo a su padre, “No me vio en la competencia, pero cuando se enteró y vio el trofeo se enorgulleció mucho, lamentablemente enseguida falleció mi papá, fue muy duro, me vine para abajo, me agüité y perdí quince kilos, mi sistema inmune colapsó y me enfermé”.
Llegó el momento de un nuevo Estatal, “Dije, lo voy a intentar, a un par de meses de la competencia no estaba enfermo, pero sí flaco. Me recuperé y en dos meses subí a la tarima y gané en las dos categorías iniciales, hice muchos dobletes casi en todas las competencias, sobre todo después de los 35 años”.
Tras triunfar en el Estatal de Matamoros, acudió a su primer Nacional, en Morelia, donde terminó en semifinales, en el siguiente nacional que fue en Guanajuato se adjudicó el primer lugar.
El 2011 fue un año fenomenal, se instaló en el Top 5 Nacional y se casó, “Gloria es mi mujer, es todo, es ánimo, fuerza, poder y certeza de que se logran las cosas, cuando ha pasado lo más duro ella siempre está, somos muy felices”.
“En el 2012, nació mi hijo, la alegría más grande y también participé en el NPC en Texas, estuvo muy padre, según yo iba a despedirme, ahí iba a acabar todo y lo ganamos”.
Formó el “Equipo Master”, el cual comenzó a dominar competencia locales, estatales y hasta nacionales en diversas categorías. Él en lo individual, se instaló en el top cuatro nacional, en el 2019 encontró su mejor versión, fue Campeón en San Luis, campeón Nacional, campeón Internacional y en el 2020, en plena pandemia, ganó un subcampeonato Internacional.
José Gerardo llegó a un punto de su vida en el que se preguntó, ¿Es el trofeo o es el bienestar?, y es que “Sí hubo sufrimiento, al principio implicaba fármacos, suplementación y mucha comida, imaginate sostener eso, es muy duro, ya comes obligado y hasta creas alergias, no tener el placer del alimento es fatal”.
“Un día una amiga de mi esposa la invita a un retiro donde iba a haber cosas espirituales, para realizar la ceremonia recomendaban ayunar un día entero, yo le decía que no podía, pero fuimos, el tiempo pasó y no ocupé comer, ahí vi mi tolerancia a no comer”
“Empecé a alargar mi tiempo de ayuno, en la pandemia en afán de buscar salud para mi familia empiezo a buscar información de como fortalecer el sistema inmunológico y encuentro que algo con lo que se puede fortalecer, es el ayuno, lo empecé a intentar con mis hijos, dese que lo comenzamos a hacer adiós a las alergias y cero Covid”.
El victorense que realiza el desarrollo de planes de nutrición basados en plantas y esquemas de ayuno intermitente, así como la investigación, desarrollo y aplicación de protocolos de suplementación anti-edad, indica que un mal que históricamente tiene el ser humano, es que desde que somos bebés, nos acostumbran a funcionar con glucosa.
“Todo lo podemos comer, pero sin saturar, hay que saber equilibrar, hay que comer para vivir y no vivir para comer. Con el ayuno se activan proceso que no le hemos dado oportunidad al cuerpo de activar, esos procesos e comer de más hay al menos cuatro generaciones que se amolaron, eso viene a repercutir en que todos somos diabéticos, tenemos que cambiar esa inercia”.
Para romper ese paradigma, él está poniendo su granito de arena y apoya a quien puede, lo hace de la mano del “verdadero equipo Master”, el que tiene con Gloria, con dos sus hijos, con su madre, “Mi ejemplo más grande, y mi padre, toda la fuerza que tuvo la tengo yo ahora y siento su mano cada que la ocupo, Mi familia es toda mi alegría, cambiaría todos los trofeos por ellos”.
POR DANIEL RÍOS