La expectativa de éxito en política, basada únicamente en anhelos personales y sin un análisis estratégico de la realidad, se convierte en una ilusión peligrosa. Esta percepción de la realidad acomodada con nuestros deseos, a veces distorsionada por nuestros intereses, filias o fobias, nos prepara para interpretaciones erróneas, que tendrán como desenlace sorpresas desagradables. En política, los triunfos se construyen, no se desean.
El caso de Jorge Álvarez Máynez, candidato a la presidencia de la república mexicana por Movimiento Ciudadano, si sus simpatizantes, promotores, líderes y beneficiarios están convencidos de que va a ganar, se convierten en automático en un claro ejemplo de cómo la esperanza y el deseo pueden nublar la percepción de la realidad política, terminando “sorprendidos” por la derrota electoral del próximo 2 de junio.
“La política es el arte de lo posible,” decía Otto von Bismarck, reflejando la esencia de la anticipación y la preparación. Aquellos que se niegan a reconocer esta naturaleza se encuentran a menudo sorprendidos y superados por aquellos más adaptativos y realistas. Comprender que la política es un juego de circunstancias es fundamental para transitar por la ruta correcta.
Si bien no podemos controlar todas las variables, sí tenemos el poder de influir en el desarrollo de circunstancias favorables a través de la estrategia, la planificación y la dedicación. La anticipación y la preparación son las mejores herramientas para convertir posibles sorpresas en oportunidades anticipadas, permitiéndonos estar siempre un paso adelante.
“La única cosa que es más cara que la educación es la ignorancia,” decía Benjamin Franklin, subrayando la importancia de estar siempre preparados y bien informados. La sorpresa en política es, en muchos casos, un reflejo de la falta de preparación o de la renuencia a enfrentar la realidad. Es necesario que los aspirantes a líderes y los ciudadanos comprometidos adopten una actitud más estratégica y realista. La preparación, la anticipación y la capacidad de adaptarse son cualidades indispensables en el ámbito político.
En los últimos días en Tamaulipas con el destape de los candidatos se refuerza la idea de que algunos proyectos políticos siempre estuvieron en la mesa de negociación para aparecer en la boleta el próximo 2 de junio y por más que otros buscaron madrugar en lugar de sorprender, terminaron sorprendidos, confirmando lo que desde el principio era un proyecto sin futuro, por la falta de un equipo capaz, experimentado y desconectado de la realidad política y colectiva.
La historia de Jorge Álvarez Máynez y los recientes acontecimientos en Tamaulipas no son más que capítulos en la larga narrativa de la política mexicana, donde la esperanza y la estrategia se entrelazan en la búsqueda de un futuro mejor. Pero recordemos, el futuro no se espera, se construye.
La verdadera sabiduría para el estratega político no reside en evitar las sorpresas, sino en forjar la resiliencia y la agudeza para adaptarse a ellas. Que no se diga que fuimos sorprendidos por el futuro, sino que lo moldeamos con nuestras propias manos, conscientes de nuestro poder y responsabilidad.
En política, como en la vida, el destino está escrito, en las decisiones que tomamos cada día. Que nuestra elección sea la de construir, anticipar y adaptar, para nunca encontrarnos entre los sorprendidos, sino entre los arquitectos de nuestro propio destino.
Eric Valdez Gómez
Consultor en Comunicación Política (Compol) Experiencia en Campañas Políticas en México y Extranjero
Enfoque en Comunicación, Medios y Marketing Digital
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