En su visita a Tamaulipas, iniciada en la víspera, Claudia Sheinbaum Pardo evitó mezclar los asuntos partidistas con sus actividades proselitistas.
Dejó en claro que la designación de candidatos le correspondió sólo a la Comisión Nacional de Elecciones, vía encuesta o por asignación directa; y que en la mayoría de los casos fue la población quien decidió la identidad de los abanderados, lo que significa un espaldarazo a los nominados.
Esto, a pesar de los reclamos que la sociedad civil mostró ante ella en los eventos que encabezó en su gira proselitista.
En respuesta Claudia confirmó que está en marcha el pan ‘c’ diseñado por Andrés Manuel López Obrador para adjudicarse la mayoría calificada en el Congreso de la Unión como en las legislaturas estatales, destacando que en Tamaulipas la coalición ‘Juntos hacemos historia’ va por todo.
Eso lo dijo públicamente.
Y se mantuvo respetuosa de las decisiones partidistas.
Pero en privado, quizás hubo jalones de orejas, pues enterada está de lo desaseado que resultó el proceso selectivo de abanderados, pues eso le pega al proyecto de la cuarta transformación. Hay que admitirlo.
Habló Sheinbaum de sus propuestas en materia del agua –sobre todo de dar continuidad al proyecto presidencial–, de la política migratoria, pero con sentido humano, de las energías alternativas y de la disminución de delitos que han aminorado la inseguridad en el estado.
Al encuentro llegaron los dos candidatos de morena al Senado de la República y los dos del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), pero extrañó que no asistieran los abanderados del Partido del Trabajo (PT), ya que ese membrete también forma parte de la alianza por la presidencia de la República.
A su paso, la candidata se dejó querer por los asistentes y se tomó fotografías con quien se lo solicitara, mostrando así una comunión con los militantes y simpatizantes, a quienes dijo que en Tamaulipas las cosas han cambiado con el liderazgo político de Américo Villarreal Anaya, quien por razones de índole electoral no estuvo presente.
Pero de que se le quiere en el proyecto de morena, claro que sí.
Aceptación y división
Como marca, Movimiento Regeneración Nacional (morena) mantiene altos niveles de aceptación ciudadana, así como el proyecto de la mentada ‘4T’, encabezado por Andrés Manuel López Obrador. Pero no los candidatos de la alianza ‘Juntos hacemos historia’ a senadores y diputados federales por Tamaulipas, como igual ocurriría con sus abanderados al Congreso local y los 43 ayuntamientos.
Y menos cuando muchos fueron impuestos por su majestad, ‘el dedo’, a cambio de cifras millonarias, supuestamente, entregadas a Mario Martín Delgado Carrillo (su dirigente nacional), a través del (¿todavía?) delegado de morena en la entidad, Mario Rafael Llergo Latournerie, como tanto se ha señalado.
Lo cierto es que los morenistas de pura cepa andan decepcionados. E incluso acá en Tamaulipas el partido guinda junto a sus socios ocasionales corren el riesgo de no alcanzar su objetivo marcado en el plan ‘C’ de López Obrador: ganar hasta 3 escaños senatoriales, las 8 diputaciones federales uninominales, 22 curules locales de mayoría relativa y los 43 ayuntamientos.
Por tres razones simples:
1) La imposición de candidatos;
2) La falta de liderazgo estatal y el desinterés de la dirigencia nacional; y
3) La mescolanza partidista que hay en el diseño de las fórmulas.
Un claro ejemplo se da aquí en Ciudad Victoria, cabecera del V distrito federal, de los distritos XIV y XV estatales y sede del Ayuntamiento, ya que los candidatos a esas cuatro posiciones y los abanderados al Senado lucen distanciados.
Usted seguramente ya habrá notado que:
1) Los candidatos de morena a la cámara alta, poco interés muestran en la conquista del voto aquí en la capital del estado;
2) El abanderado del PVEM a diputado federal, José Braña Mojica, no termina de aceptar que Eduardo Abraham Gattás Báez sea el candidato a la alcaldía, ni que él no represente a morena en su proyecto más inmediato.
3) Tampoco los candidatos de morena al Congreso estatal por los distritos XIV y XV, Blanca Aurelia Anzaldúa Nájera y Katalyna Méndez Cepeda, han procurado hacer equipo con sus compañeros de aventura; y
3) Menos lo intentan con la dirigencias ni estructuras de la coalición ‘Juntos hacemos historia’ a la que representan.
Así que cada cual hace campaña por sí mismo –hasta ahora sólo los candidatos al Congreso de la Unión, pero sin lograr acuerdos en equipo–, como seguramente ocurrirá incluyendo a los domésticos a partir de día 15 de abril cuando inicien campaña los abanderados al Congreso local y a la presidencia municipal.
De todos ellos, Olga Patricia Sosa Ruiz, José Ramón Gómez Leal y Braña le apuestan a la inercia del voto. Hasta hoy.
Lamentablemente tampoco asoma una contienda que resulte limpia ni propositiva, pues las descalificaciones están de moda.
Atrás quedaron la urbanidad, la civilidad política y hasta el respeto a la vida privada, que otrora fueron prácticas entre los contendientes.
Y es que ahora todos están ocupados en propinarle a sus adversarios golpes bajos, zancadillas y piquetes de ojos. Ahora cada abanderado ataca a sus oponentes exhibiendo supuestos y/o ‘pruebas’ para deslegitimizarlos, aunque desde el anonimato o tras bambalinas.
Así luce el panorama para monera en estas latitudes, por el momento.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
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