TAMPICO, TAM.- Karina y Agustín, es una pareja que utiliza uno de sus mayores talentos como es la interpretación musical para llevar el sustento a casa.
Desde adolescentes se dedicaron a la música, probaron diferentes instrumentos musicales y poco a poco fueron mejorando su talento.
La primera vez que se instalaron en la bajada Olmos de la zona centro de Tampico, fue un 24 de septiembre del 2020, justo en el auge de la pandemia por Covid-19.
Un día decidieron salir de su casa y aplicar lo que mejor saben hacer, Karina agarró la melódica y Agustín el micrófono, para entonar un amplio repertorio de canciones.
En uno de los descansos de esta bajada colocaron un banco gris y una cubeta invertida para poder sentarse y no ocupar tanto espacio.
Sobre una bocina se ubica un vaso color amarillo en donde la gente deposita sus monedas, abajo de este un cartel que dice «AYUDA».
Así es como esta pareja se gana el pan de cada día, pese a los elogios y recomendaciones que hace la gente, no han podido dar ese salto para cantar en fiestas como XV años, bodas u otro tipo de reuniones.
El talento lo tienen, pero señalan que es necesario tener estudios para llegar a este tipo de escenarios.
«Nos gustaría aprender, tener acceso a una capacitación formal, por respeto a uno mismo, al público que quiere a alguien formal, una fiesta es algo serio, nos gustaría dar ese paso», mencionó Agustín Nieto Diaz de 53 años.
En el 2025 cumplirán 10 años de haber iniciado este proyecto juntos, mismos que les ha permitido dar alimentos y vestimenta a sus dos hijas: Karina Lizeth de 13 años y Frida Guadalupe de 12 años.
Al día de hoy piden una oportunidad de escuelas de música, políticos, asociaciones civiles para estudiar y mejorar.
Manifestaron no contar con suficiente recurso económico para estudiar, su prioridad son sus hijas por lo tanto no pueden utilizar sus monedas para otra cosa que no sea alimentos, ropa y escuela para los infantes.
«Tenemos discapacidad, pero no nos detiene»
Lo que llama la atención de esta pareja es que, han tenido que enfrentarse a todo, incluso a una discapacidad.
Karina Rodríguez Córdoba, narró que, «tengo discapacidad visual, lesión de nervio óptico desde nacimiento, pero eso gracias a Dios no me impide sacar a mi familia adelante».
Reconoció que en ningún momento se dio por vencida, aprendió a tocar el teclado desde que era adolescente pero debido al poco espacio que hay en la bajada Olmos lleva su melódica.
«Aprendí de puro oído, toco la melódica, sé canciones románticas, norteñas, una que otra en inglés, católicas, cristianas».
Por su parte, Agustín Nieto Diaz, dijo que padece Artrosis, un mal que lo agota y lo hace mantenerse sentado la mayor parte del tiempo.
«No puedo cargar, es una dificultad, es cansado, pero eso no me impide cantar ni aprender».
La música los unió
Tras casi 14 años juntos, han logrado hacer una familia que reside en la colonia Esfuerzo Nacional de Ciudad Madero.
Agustín, cuenta que hace años uno de sus vecinos lo vio y escuchó tocar la guitarra, en tan solo unos minutos fue suficiente para llevarlo al Espacio Cultural Metropolitano para que aprendiera.
«Un vecino al frente de mi casa me oía tocar la guitarra, me llevó al espacio cultural metropolitano porque faltaba una persona que tocaba la guitarra».
«Me animé a ir al grupo y ahí conocí a Karina, ella toca el teclado y la melódica», dijo.
POR JAVIER CORTÉS