La decisión del Banco Central de México de recortar la tasa de interés de 11.25 por ciento a 11 por ciento -considerando que la tasa de interés en Estados Unidos se mantuvo sin cambios- tendrá efectos positivos y negativos para la economía mexicana, pero lo más destacado y sorprendente de la decisión tomada por el Banco de México es precisamente que actúa en un sentido contrario a como lo hace Estados Unidos y esto pone de manifiesto la confianza, fortaleza y autonomía de la política monetaria.
Si bien después de la pandemia por COVID-19 la economía mundial se insertó en un proceso de espiral inflacionaria, lo que provocó que prácticamente se elevaran los tipos de interés, situación que se prolongó en nuestro país durante aproximadamente tres años, pasando de 4.5 por ciento a 11.25 por ciento, un incremento que, por un lado contribuyó en el control de la inflación, pero al mismo tiempo provocó la contracción de la economía.
El interés y objetivo fundamental del Banco Central es el control de la inflación, digamos que, en este sentido, la decisión de mantener las tasas elevadas hasta este mes permitió llevar las tasa de 8.7 por ciento anual de inflación a 4.7 por ciento.
Una vez que se ha tomado la iniciativa de disminuir la tasa de interés, de manera progresiva irá disminuyendo en la medida en que la inflación no se descontrole, lo cual resulta alentador dado el lento crecimiento de la economía mexicana que ha experimentado en los últimos años y esto se ha reflejado en la generación de empleo.
Al disminuir los tipos de interés provoca que los créditos bancarios, departamentales, automotrices, vivienda, entre otros, presenten tasas de interés menores, lo que estimula que el consumo de bienes y servicios se eleve, incentivando el crecimiento de la economía. Pero, al mismo tiempo, créditos más baratos también incentivan la creación de negocios a través de financiamientos, esto significa una mayor producción y generación de empleos. Al sincronizar el crecimiento del consumo y la producción se contiene la presión inflacionaria.
Menores tasas de interés también representan importantes beneficios sociales, debido a que, al haber mayores oportunidades de empleo, también se mejora el nivel de salario, de tal manera que existen menores presiones para que las familias puedan satisfacer sus necesidades básicas, mitigando una de las causas que originan conflictos y expresiones de violencias en el hogar. También los incentivos para cometer delitos o dedicarse a actividades ilícitas se ven disminuidas.
Sin duda, esta semana inició con la disminución de la tasa de interés; por el bien del país esperemos que la inflación se mantenga controlada para que este proceso sea continuo, al menos hasta alcanzar tasas entre 4 o 6 por ciento anual, eso representará un efecto favorable para todos en la economía mientras “ceteris paribus”. Usted ¿qué piensa?
Por. Jorge Alberto Pérez Cruz