ALTAMIRA, TAMAULIPAS.- En busca de encontrar la carta que su hija escribió hace 25 años y depositó a la cápsula del tiempo, Maria de Lourdes Pérez Domínguez arribó al palacio municipal de Altamira.
Pérez Domínguez, llegó al palacio municipal durante la mañana del lunes, en busca de una carta escrita a puño y letra de su hija Gladys Maribel Cepeda Pérez.
Y es que, su hija falleció hace 9 años en labor de parto, por lo que considera, será un valioso tesoro para entregárselo a sus sus nietos.
“Desde que me enteré que iban abrir la cápsula del Tiempo les dije a mis nietos que su madre había escrito una carta que depositó aquel 2 de mayo de 1999″.
Al ingresar a las oficinas del regidor segundo, Adrián Olvera Tavera, solicitó la carta.
«Ahora acudí a las oficinas de la presidencia municipal para me sea entregado este importante documento con un valor sentimental invaluable”.
La mujer, dio a conocer que será personal del ayuntamiento quienes entreguen la carta, misma que fue depositada hace 25 años.
Cabe mencionar que, aún están en proceso de ordenarlas para llamar uno a uno de los destinatarios para entregarlas.
Par ella es importante encontrar este «tesoro», pues es uno de los recuerdos que podrán poseer los hijos de Gladys Maribel Cepeda Pérez.
“Mi hija falleció hace 9 años, me invade la tristeza, pero tengo la ilusión de obtener esta carga en donde Gladys escribió un mensaje para la familia cuando todavía no tenía a sus hijos».
Cápsula del tiempo abre 25 años después
A 25 años de haber sido construida, el pasado 2 de Mayo, en el marco de la celebración del 275 aniversario de fundación de Altamira fue abierta la cápsula del tiempo.
En 1999, año en que era alcalde Sergio Carrillo Estrada se hizo la cápsula que está en la Plaza Constitución, el diseño es muy parecido al quiosco.
El arquitecto Enrique Sierra Gómez, quien fue el encargado de elaborar el proyecto, detalló que la construcción duró tres meses aproximadamente.
Tiene una profundidad de dos metros y las cartas fueron guardadas en una caja herméticamente cerrada para que la húmedad no causara estragos.
“Nos dieron el privilegio de construirla, es una construcción de mampostería con estructura de acero obviamente y darle un carácter parecido al quiosco, fue algo importante que el ingeniero Saucedo y el Ingeniero Carrillo nos la pidió”.
La cápsula que fue sellada se hizo en un taller de la localidad, cuyo propietario brindó las instrucciones para abrirla.
“Tiene una profundidad de dos metros y tiene un muro de contención de concreto armado y lo recubrimos con material antihumedad, aparte tiene la caja que está herméticamente cerrada al vacío”, manifestó Enrique Sierra Gómez.
Por. Javier Cortés
Expreso La Razón