CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- El 10 de mayo es para Sonia de la Garza Castillo, el más triste de su vida, para ella como para cientos de madres en Tamaulipas, no hay nada qué celebrar, pues cada día hay un espacio vacío en la mesa.
Hace casi 11 años, Sonia vivió la más terrible pesadilla, su hija Byanka Yamileth Durham de la Garza de 23 años de edad, su esposo y su hijo de apenas dos años, fueron secuestrados en Victoria.
Ella recuerda como si hubiera sido hace unas horas, ese jueves 27 de junio de 2013; por la mañana, narra que su hija y su esposo llevarían a Camila la hija de ambos, en ese tiempo de cinco años al jardín de niños, a Santiago a la guardería para posteriormente irse cada uno a sus trabajos.
Más tarde, Sonia pasaría por la niña al kínder y por el niño al Cendi, pues le quedaba de paso de su trabajo, una rutina habitual para ella y que disfrutaba, pues tenía tiempo para convivir con sus nietos.
“Ese día ella me dice, mamá este no pases a recogerlos porque tengo una junta en el kinder de la niña a las tres de la tarde”, recuerda la conversación que sería la última que tuvo con Byanka.
Alrededor de las 4:00 de la tarde, hora de salida de la pequeña en la escuela, le llaman para preguntar quién pasaría a recoger a la pequeña Camila, pues no había pasado ninguno de sus papás.
En ese momento, el mundo se nubla para Sonia, pues pensó muchas cosas, “dije, se le hizo tarde o algo verdad, todo menos esto”; explica que otro de sus hijos va por la niña al jardín de niños, mientras ella se dirige corriendo al Cendi a buscar a su nieto, pero encuentra cerrado.
En el trayecto, estuvo marcando desesperada a su hija u su yerno a los teléfonos, aunque timbraban, ninguno respondía del otro lado, aumentando la desesperación, por lo que corre a casa de Byanka, pensando que le había pasado algún accidente.
“Dije cayó en el baño al bañándose, algo, yo todo me imaginé y fui con su suegra, que vive cerca de donde ellos vivían, y no tuve respuesta”, narra angustiada, reviviendo esos momentos.
En aquel tiempo, recuerda que en la entonces Procuraduría de Justicia del Estado, para denunciar a una persona desaparecida, tenían que esperar tres días, por lo que tuvo que esperar hasta el lunes para presentar la denuncia y que las autoridades pudieran iniciar la búsqueda.
Con las horas, la angustia y la desesperación crecían, por lo que Sonia, como todas las madres, inició su propia búsqueda, “anduve buscando a mi hija, me iba a las carreteras y buscaba, fui a dejar fotos del niño a la Casa Hogar de al DIF, regresaba todos los días para preguntar si tenían noticias y a los ocho días de desaparecidos, me llaman de la Casa Hogar, diciéndome que tenían a un niño con las características de la foto que yo les dejé”.
El “milagro” de Santiago, incluso fue noticia en algunos periódicos locales, un bebé fue abandonado en la iglesia de San Isidro y llevado a la Casa Hogar del DIF, nunca se supo quién lo había dejado allí.
Cuando Sonia fue a reconocerlo ese miércoles, el pequeño, aún tenía la misma ropa que su mamá le puso una semana antes para llevarlo a la guardería, ropa que después de una década, aún conserva.
El trabajo de Sonia por encontrar a su hija durante estos años, es muy parecido al de muchas madres, se convierten en buscadoras, investigadoras, peritos y hasta policías con tal de dar con el paradero de sus hijos y seres queridos, arrebatados por una absurda guerra criminal que hoy en día tiene a 13,178 personas desaparecidas o no localizadas en Tamaulipas, según datos oficiales.
En un punto de su largo y penoso caminar para encontrar a su hija, conoció a Josefina de León, quien también busca a su hija Cynthia Mabel Pantoja de León, quien tenía 25 años cuando desapareció el 21 de abril del 2012 muy cerca de Victoria, cuando trabajaba para la Procuraduría de Justicia del Estado.
El colectivo que formó Josefina, “Red de desaparecidos en Tamaulipas”, con familias que tienen alguna persona desaparecida, ha sido un parteaguas en las búsquedas en Tamaulipas.
Empujaron el programa de Recompensas de la Fiscalía, el traslado del Instituto de Atención a Víctimas a la Secretaría General de Gobierno, la promoción de las primeras búsquedas de desaparecidos en 2013.
La creación de la agencia especializada para personas no localizadas en mayo del 2014, la coordinación con la Secretaría de Relaciones Exteriores para búsquedas en embajadas de México en el extranjero.
La promoción de la adquisición de escáner, binomios caninos, la iniciativa de ley para prevenir, sancionar y erradicar la Desaparición en Tamaulipas 2015, la Cartilla de Derechos de los Desaparecidos en Tamaulipas y la Cartilla del menor Tamaulipeco para prevenir la Desaparicion en 2016.
La dignificación de restos y cadáveres en panteones ministeriales en 2016, así como la capacitación y prevención a familiares en búsqueda de desaparecidos en operativos y un memorial para las víctimas de Desaparición en Tamaulipas, entre muchos otros.
Contando con una red de apoyo, Sonia acudía como muchas otras madres, padres, hijos y hermanos a revisar fotografías que tenían las autoridades de personas en los Semefos, de personas en vida en los penales.
“Yo les diría a otras madres que están en la misma situación, que sigan buscando, no pierdan la fe, yo no pierdo la fe en que mi hija está bien, mientras yo no encuentre un huesitos, para mí, mi hija sigue viva, y yo voy a seguir buscando”.
Por Perla Reséndez
Expreso – La Razón