La figura maternal es la columna vertebral de la familia, la que educa a la prole, la mujer abnegada, paciente, responsable de la unidad familiar, siempre dispuesta para atender y cuidar a las demás personas, etc., etc., etc. Este es el modelo estereotipado de la “madre ideal” construido en contextos patriarcales que limita el cómo ser madre, considerando la vida privada y excluyendo lo público.
Una narrativa que no considera la diversidad de experiencias y circunstancias de las mujeres, ni distingue entre las realidades económicas, sociales y emocionales que enfrentan muchas madres, así como las presiones y expectativas irreales que se les imponen.
Aunado a lo anterior, la sociedad considera que ser madre es el clímax de la vida de las mujeres; ignorando que la maternidad no es un destino único y universal.
Las mujeres tienen diferentes formas de alcanzar su realización personal y profesional, con o sin convertirse en madres; sin embargo, la presión social encumbra el modelo de la “madre ideal” que, en algunos casos, puede tener efectos perjudiciales en su salud mental y emocional, llevándolas a sentirse incompletas o fracasadas si no cumplen con estos estándares tradicionales que chocan con la realidad de los diferentes tipos de familias mexicanas.
La presión para ser una madre perfecta genera estrés, ansiedad y depresión, afectando negativamente la relación de la mujer consigo misma y con sus hijos e hijas.
Este mito de la madre ideal perpetúa los roles y estereotipos de género que, a su vez, refuerzan desigualdades que se traducen en discriminación y violencia de género.
Desmitificar este ideal permite liberar a las mujeres de expectativas irreales y promover una visión más inclusiva y empoderadora de la maternidad, para que podamos crear un mundo más justo y equitativo para todas las familias.
Además, más allá de ser una “madre ideal”, se trata de ser una mujer feliz que viva bajo condiciones que le garanticen el cumplimiento de su plan de vida que, con o sin maternidad, le permita sentirse plena y feliz.
Para quienes ser madres es parte de su realización plena, ¡feliz día de las madres!
¿Usted, qué opina?
POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA