Desde la frontera a la zona conurbada, en todas los distritos y municipios del estado se intensificará la competencia política en los próximos días.
En los cuartos de guerra de muchos candidatos circula información de ida y vuelta en torno a supuestos expedientes, videos y todo ti[o de filtraciones que serán puestas en circulación con el objetivo de causar mella.
Lo cierto es que en muy pocos de estos casos, se trata de material sólido y dañino para las aspiraciones políticos de los destinatarios.
Si esos contenidos explosivos existieran ya se hubieran dado a conocer.
Lo que sí hay es la intención de atizar la guerra de lodo que de hecho comenzó desde el día uno de la campaña.
Las descalificaciones, las campañas infladas con bots, y el uso indiscriminado -y cada vez más burdo- de la inteligencia artificial van a arreciar.
Así es la naturaleza de las campañas políticas, sobre todo en un proceso electoral como éste en el que hay tanto en juego.
A excepción de la gubernatura, el 2 de junio se renovará todo el sistema político tamaulipeco.
El reparto actual de los 43 ayuntamientos es muy particular. Mientras Acción Nacional controla la gran mayoría, Morena gobierna los más importantes en términos económicos y sociales.
Cualquier cambio en esta dinámica tendrá repercusiones en la gobernanza, si además a eso se suma que todavía se requiere del aval de al menos 22 cabildos para aprobar cualquier reforma a la Constitución del Estado.
También, desde luego, está en disputa el control del Congreso del Estado cuya relevancia se ha evidenciado en los últimos dos años.
Sin una mayoría calificada o un grupo parlamentario con habilidades para conseguir más votos, es casi imposible tomar las riendas de organismos públicos que resultan indispensables para un ejercicio de gobierno sólido.
Pero no es solo eso lo que se decidirá en las urnas.
Los resultados también van a incidir en los delicados equilibrios al interior de los dos principales partidos políticos de Tamaulipas.
En Acción Nacional, la derrota jurídica de Cabeza de Vaca al quedarse sin diputación plurinominal atizó la lucha por el control, aún más si se considera que ese lugar será ocupado por César “Truko” Verástegui, cuyo grupo político luce en pie de guerra por el liderazgo del PAN.
Pero el desenlace de la elección también servirá para medir los méritos de los principales cuadros panistas.
Habrá que ver, por ejemplo, qué cuentas entrega Gerardo Peña en representación de los Cabeza de Vaca como coordinador de la campaña de Xóchitl Gálvez, y cómo salen los resultados en los dominios de Chucho Nader.
En Morena también hay muchas cosas en juego.
El 3 de junio puede significar el final de algunos de los cacicazgos regionales que se han aferrado al poder, como en el caso de Mario López en la fronteras, por citar solo un ejemplo.
Pase lo que pase en las urnas, por el momento la única certeza es que el mapa político del estado volverá a cambiar.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES