Javier tenía 16 años, había dejado de asistir a la escuela así que gran parte del tiempo lo tenía libre, bueno estaba ocupado en conseguir droga para atender su adicción.
Había empezado a probar la droga desde los 11 años en que probó el cannabis y desde entonces no dejó de tomar alguna droga para satisfacer su adicción, en esos momentos utilizaba el cristal. Ese día llegó a casa de su abuela a media mañana, allí vivía con su madre, Luz María quien desde que su padre los había abandonado cuidaba de su abuela y a cambio un tío suyo, hermano de Luz María, le pagaba por esos servicios
Al llegar a la casa, Javier buscó a su madre y le pidió dinero, la madre se lo negó sabiendo que sería utilizado para comprar droga, pero Javier tenía una crisis por falta de droga y se lo exigió, su madre se mantuvo firme y siguió negándoselo.
Javier entró a la casa y empezó a buscar algo para vender, pero la mayor parte de las cosas de valor estaban bajo llave. Se metió a uno de los baños de la casa y ya dentro empezó a romper cosas y a gritar, la madre lo ignoró y fue a atender a su madre.
Al poco rato ya no había ruido, Javier se metía a los baños para drogarse y allí duraba por dos o tres horas, cuando ya se encontraba tranquilo salía y se iba de la casa.
Cuando habían pasado como tres horas de que Javier entrara al baño sin que saliera Luz María fue a tocarle y a pedirle que ya saliera, lo intentó varias veces y como no obtuvo respuesta fue al taller que se encontraba al lado y le pidió ayuda al dueño, quién por cierto es mi cuñado.
Este diligentemente acudió a ayudar a Luz María a abrir la puerta. Como no pudo abrir operando la chapa de la puerta, le dio de golpes con las piernas y los hombros, haciendo que por fin cediera.
El espectáculo que vieron al abrirse la puerta fue terrorífico, Javier estaba colgado por el cuello ya sin vida, se había suicidado. Excelsior tiene documentado el caso de Guadalupe quien a los 13 años empezó a consumir alcohol y ya había dado luz a un hijo, a los 14 años se inició en la venta de estupefacientes cerca de su casa y a los 16 años perdió a su segundo hijo debido a su adicción a las drogas, en este momento ya era líder de una banda de 17 adolescentes que trabajaban como halcones o sicarios para un cartel.
Fue detenida a los 17 años por dar muerte a un elemento del ejército que, hacia labores de investigación, por este delito le dieron una condena de 6 años. la cuál cumplirá cuando tenga 23 años. Los casos mencionados no son mas que un ejemplo de la degradación a donde conducen las drogas.
No nos gusta saber de estos casos, y normalmente volteamos la vista hacia otro lado para no conocer de ellos y no cargar con ellos en nuestra conciencia.
Pero cada vez hay mas niños y adolescentes en este turbio negocio, ya sea como clientes o como parte de algún grupo criminal. La diputada por Morena, Verónica Collado, en un foro organizado por la cámara de diputados acerca de este tema, alertó que esto es una emergencia nacional, que cada vez hay mas incorporación forzada de niños a los cárteles y dio la cifra que más de 30,000 niños y adolescentes que forman parte del crimen organizado
El gobierno a través del programa “Jóvenes construyendo el Futuro” ha destinado más de 100 mil millones de pesos que, bajo el eslogan “Becarios sí, sicarios no”, sin que haya tenido un impacto real en los jóvenes mexicanos, de acuerdo al INEGI durante los primeros 3 años de este gobierno iban asesinados mas de 40 mil jóvenes menores de 29 años esto es cerca del 150% mas que en el sexenio de Calderón cuando hubo 15,898 asesinatos.
Sin embargo, a pesar de la inversión hecha, todo pareciera que esto no es el real objetivo del gobierno. La aprensión del Mayo Zambada puso en evidencia una vez mas como los grupos criminales y autoridades, están coludidas para obtener ganancias y poder.
No es posible entender que un capo como Zambada haya estado en libertad por 50 años sin que haya habido complicidad desde las mas altas esferas de las autoridades. Natalia Herrera, periodista colombiana que ha estado al pendiente de este problema, reportó que al acercarse y platicar con un grupo de menores que trabajaban para grupos criminales y preguntarles “¿Cuál es su sueño?, ¿Qué quieren ser” respondieron “ No, vivimos el presente, no nos importa que pasará dentro de diez años, ¡dentro de diez años ya no estaremos aquí!”. Y nosotros volteamos la vista para ver mejores escenarios.