CIUDAD VICTORIA, TAM.- Durante la década que inició en el 2010, dos problemas muy serios afectaron severamente al sector ganadero, siendo primeramente la inseguridad y en segundo la sequía.
Hoy en día, los productores pecuarios del Estado aseguran que la seguridad ha mejorado, donde los hechos que ocurren de este tipo son aislados y nada parecidos a los registrados en años pasados donde se tenía incluso que dejar los ranchos ganaderos por la alta peligrosidad que representaba ser un productor de este tipo.
Sin embargo, la sequía acabó con mucha cabezas de ganado y de haber llegado a tener más de 1 millones de cabezas, hoy cuenta con solo 600 mil, lo que representa una caída del 40% del hato ganadero.
E l s e c re t a r i o d e organización de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Ángel Lara Martínez, señaló todo lo anterior, destacando que hoy es otro panorama donde las afectaciones al sector que se presentan. se derivan de la sequía que azotó a la Entidad del 2016 al 2024
“Bueno, el tema de la inseguridad en los ranchos creo que es algo que ha pasado, o sea, ya le dimos vuelta a esa página en el sentido estricto de que lo que sucedía en años anteriores que prácticamente los vaciaban y desaparecía el contenido de él, pues ya no lo estamos viendo”.
“Las cifras del INEGI en el censo agropecuario hablan de que hay un acto ganadero de alrededor de 600 mil cabezas, creo que es poco para la superficie que tiene Tamaulipas, pero como bien dices, pasamos por una etapa de sequía muy intensa por 8 años muy complicados y seguramente eso fue el factor principal para que muchos ranchos desaparecieran cabezas de ganado”, dijo Lara Martínez.
Expuso además que los robos que en estos tiempos se presentan en zonas rurales o ranchos ganaderos, son casos de equipos, herramientas y codas mínimas.
En torno a cabezas de ganado, también se suscitan pero son mínimas y no en a mediados masivas como si se registraba en la década pasada.
“Hoy el tema de los robos en los ranchos en cuanto a cabezas de ganado, en cuanto a equipos, implementos, etcétera, pues son hechos aislados, lo que de pronto nos enteramos”.
La actividad pecuaria, en todo el estado de Tamaulipas, ha decaído hasta en un 60 por ciento en los últimos años derivado de la falta de vaqueros que se ocupen de las labores esenciales de un rancho ganadero.
Estos trabajadores especializados en el cuidado y mantenimiento de una unidad de producción han tenido que emigrar a otras actividades que les generen mejores recursos, pues ya no les hrs conveniente de manera económica el hacerse cargo del ganado de los productores.
En entrevista para Expreso, el presidente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas (UGRT), José Guerrero Gamboa, informó como es que esta problemática se ha agudizado tanto que en todos los ranchos dedicados al desarrollo pecuario, les faltan caporales expertos.
Y es que expone que la actual baja rentabilidad en el campo nacional, ha obligado a este tipo de trabajadores emigrar a otras partes en busca de mejores oportunidades, aportando así a la negativa situación productiva del sector rural.
Pero también, esto se debe a la falta de interés por parte de las nuevas generaciones, ya que dicho oficio no les causa interés alguno, además de que los propios ganaderos no instruyen a sus descendientes para hacerse cargo de un rancho, enviándolos a estudiar fuera y convirtiéndoles en profesionistas no adentrados a este rubro. Pero esta racha también se vive en la agricultura, señaló Guerrero Gamboa, pues en la parcelas no existe tampico una alta demanda de personal con experiencia en la labranza de la tierra ni de sus herramientas.
“Es un tema complicado para los productores, se batalla para conseguir trabajadores en el rancho cada vez más batallamos para encontrar vaqueros.
Incluso ya tenerlos de velador ya es ganancia porque si se complica el tener gente como antaño que se levantaba temprano, se tomaba su café, ensillaba su caballo para ir a revisar el ganado”. Actualmente, el déficit de vaqueros asciende hasta en un 70 por ciento, ya que de 3 que podrían haber tenido cada unidad productiva, en muchas de estas solo se han quedado con uno.
Y aunque existen contrataciones de gente de la ciudad, no es mucho de provecho, ya que son inexpertos en el tema, tardando en adaptarse o desertando al poco tiempo de haber sido empleados.
“Traemos de un 60 a 70 por ciento de déficit de vaqueros, a veces encuentras trabajadores pero difícilmente encuentras vaqueros”. “Encuentras trabajadores que tienes que llevártelos de la ciudad, que no saben de rancho, que le van aprendiendo, pero es un déficit muy considerable”.
POR ANTONIO H. MANDUJANO