El espacio siempre sorprende con fenómenos astronómicos que capturan nuestra imaginación y despiertan nuestra curiosidad. En septiembre de 2024, uno de estos llegará a la Tierra en forma de una miniluna, un segundo satélite natural temporal que orbitará nuestro planeta.
La segunda luna que tendrá la Tierra fue descubierta por la Universidad Complutense de Madrid. Sin embargo, el fenómeno estará presente durante un corto periodo de tiempo; aquí todos los detalles.
El asteroide 2024 PT5: nuestra segunda luna temporal
De acuerdo con la investigación de Carlos de la Fuente Marcos, de la Universidad Complutense de Madrid, el asteroide 2024 PT5 tiene características que lo convierten en un candidato perfecto para fungir como una miniluna de la Tierra.
Este asteroide sigue una órbita que se asemeja a la nuestra, permitiendo que la gravedad terrestre lo atraiga de manera temporal. Cuando un objeto se acerca a la Tierra a una velocidad relativamente baja, como es el caso de 2024 PT5, que va a más de tres mil 500 kilómetros por hora, la energía geocéntrica se vuelve negativa.
Esto significa que la gravedad de nuestro planeta puede capturar el asteroide, lo que resulta en un fenómeno temporal conocido como miniluna. Este asteroide, parte del cinturón Arjuna, orbita alrededor del Sol a aproximadamente 150 millones de kilómetros de distancia.
La cercanía de este asteroide, que pasará a unos 4.5 millones de kilómetros de nuestro planeta, permitirá que se convierta temporalmente en una segunda luna. Este fenómeno representa una fascinante intersección entre la astronomía y la naturaleza efímera de los cuerpos celestes que nos rodean.
¿Cuándo llegará la segunda luna a la Tierra?
Las minilunas, como 2024 PT5, pueden ser de larga o corta duración. Algunas de ellas permanecen cerca de la Tierra durante años, mientras que otras, como la 2024 PT5, suelen estar presentes durante semanas o meses.
Se cree que la miniluna 2024 PT5 estará cerca de la Tierra a finales de septiembre de 2024. Sin embargo, es importante destacar que este asteroide no será perceptible a simple vista, ni siquiera con telescopios convencionales. Esto significa que, aunque el fenómeno sea fascinante, no todos tendrán la oportunidad de observarlo directamente.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO