Hasta los adversarios podrían extrañar a AMLO, el más severo y terco de sus oponentes. El que cambió el concepto de mexicanidad impuesto durante 36 años por la corrupción, el racismo y la avaricia. El que rescató la dignidad y revaloró la soberanía nacional. Aunque para ellos, lo doloroso fue perder los privilegios y ver derrumbadas instituciones como el poder judicial que garantizaba impunidad.
Los traidores quedan en medio del desierto, abandonados y rumiando amargura por la sencilla razón de que no pudieron derrotar la voluntad popular que reiteró la decisión de continuar la transformación en todos los sentidos, pero no creamos que cejarán en su empeño porque desde cualquier trinchera insistirán con el estilo de quienes nacieron y fueron formados para odiar y acumular riqueza a costa de cualquier cosa. Son los neofascistas hipócritas de doble moral que como dice AMLO, cada domingo acuden a las iglesias a poner en ceros su conciencia para seguir pisoteando los mandatos cristianos. Ahí los verá dándose golpes de pecho, son fáciles de identificar por la diabólica devoción por el mal que se les nota a leguas. Apestan p’a decirlo más claro. Y ni modo que sea invento.
Sin embargo, será la mayoría mexica la que de verdad sentirá la ausencia de AMLO. No lo veremos más en la tradicional “mañanera” con la información el estado real que guarda la república y no la inventada por los medios de comunicación deformadores de la verdad y cómplices de intereses ajenos al país y desde luego a la sociedad.
La nostalgia incluirá los sentimientos humanistas de un Presidente a la altura de los más sabios e inteligentes, con la misma vocación nacionalista, fraterna y demócrata de Juárez, Madero y Lázaro Cárdenas, al margen de la gran obra material resultado del honesto manejo de los recursos públicos, botín siempre insuficiente de los regímenes ladrones e inmorales de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo (el más cínico, desvergonzado de todos); Vicente Fox, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, de cuyos nombres dejamos constancia para no olvidar a los que con saña, perversidad y descaro casi destruyeron el patrimonio de todos.
Una semana más y llegará el relevo con la frescura y el entusiasmo que significan esperanza y fortaleza al mismo tiempo, para seguir derribando obstáculos con una mujer al frente dispuesta a aprovechar la sublime oportunidad que le brinda el destino para hacer realidad sus más caros sueños a favor del bienestar colectivo. Doña Claudia está preparada para asumir y salir airosa del riesgo. Y no hay duda que, construidas las bases de la transformación, lo que viene será el fortalecimiento para avanzar de manera más fácil hacia el desarrollo y empoderamiento definitivo de las mayorías.
En Sheinbaum existe confianza. Su historia de liderazgo, activismo, honestidad y entrega a las causas justas no permiten dudas. Fue esta motivación que llevó a casi 37 millones de ciudadanos(as) a votar por la personalidad más brillante del cambio generacional. La designación de su equipo de trabajo integrado con lo más destacado en su especialidad obliga a creer que el futuro de México está asegurado.
SUCEDE QUE
A la hora de escribir estas líneas se realizaba el V11 Congreso Extraordinario de Morena del cual surgiría la nueva dirigencia nacional que, de no suceder algo anormal, encabezará Luisa María Alcalde. De igual forma esperabase que Andrés López Beltrán, hijo de AMLO, formara parte de la misma. Ojo con el decálogo dado a conocer por la Jefa Claudia que debieran observar y acatar aquellos que sin convicción se acercan “nomás p’a ver que sacan”, y de estos hay muchos… En el evento se observó al gobernador Américo Villarreal Anaya como integrante de lo más distinguido del partido en el poder, muy cerquita de la futura Presidenta de México. Sea que a Tamaulipas le irá bien y pa´l baile vamos.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA