La obra de Kiki Alvarado me apasiona y enriquece mi ojo y la memoria del barroco alucinante de Rene Portocarrero, el artista cubano de un barroco encantador, en acentuación de las líneas de color y los rodeos y recovecos, retornos de líneas que hacen de KIKI Alvarado una razón solida de pintar, dejando llevar el regocijo de la línea donde nace sus retratos, reiterativos que producen formas en la línea continua, notoria en su expresión que madura cada día.
Creo que KIKI juega con sus dibujos primarios que le conocí y hoy lleva a tela con gran calidad expresiva, donde invade los terrenos de aplicaciones en vestuarios y objetos de ocasión, sin ser arte objeto, más bien un objeto que la lleva piano a estadios mayores de su peculiar expresión para mi gusto cercana a Rene Portocarrero en sus calores calientes apuntalados por lo primitivo de sus trazos y reiteraciones de sus retratos burlones y vivos que acompañan esta su realidad, que la joven e impetuosa artista disfruta y celebra con nosotros. Que hay ocasiones en que interviene textos de libios que ilustra con la propia poesía que expresan estos, haciendo así una poesía pictórica, una intervención sobre la cosa que lo convierte en un arte de las cosas como expresión a la manera de los poetas surrealistas.
KIKI Alvarado es una personalidad explosiva que la hacen una artista de lo espontáneo, de la potencia del color en planos y líneas en la realización de su dibujo obsesivo que determinan su personalidad. Es dentro de esta camada de jóvenes artistas quien ha madurado su paleta con el juego, la diversión y el goce del arte, para nosotros y la artista Kiki.
Presentamos algunas de estas obras.
Por ALEJANDRIO ROSALES LUGO