La debacle de la oposición en Tamaulipas es particularmente notoria en las dinámicas de la nueva Legislatura.
En los primeros días de octubre ha sido sencillo observar la debilidad de los dos partidos que hasta hace muy poco tiempo, detentaban todo el poder.
Sobre el PRI hay poco que anotar. Tiene actualmente la menor representación política en la historia moderna del Congreso local: una sola diputada.
Lo más grave para el partido es que el voto de Mercedes del Carmen Guillen Vicente no tendrá siquiera la relevancia que tuvo el de Gustavo Cárdenas de Movimiento Ciudadano en el periodo pasado, o el de sus compañeros Edgar Melhem y Alejandra Cárdenas.
Ahora, la bancada de la 4T -que incluye a los siglados por el Verde y por el PT que en realidad provienen de Morena- no necesita del apoyo de ningún otro partido. Por más que pueda tender puentes con diputados de oposición, sus 26 votos son suficientes para reformar la Constitución, como quedó claro en la primera sesión ordinaria, en la que ya revirtieron el candado que obligaba a contar con el aval de la mayoría de los ayuntamientos para aprobar reformas constitucionales.
Quizás más triste que la actualidad priístas que por lo demás es la consecuencia de un proceso que inició hace más de seis años, sea la nueva realidad del panismo, que ahora es representado por un grupo parlamentario maltrecho que tendrá un rol meramente testimonial.
Sobra ver los intentos desesperados de Ismael García Cabeza de Vaca por acceder al fuero sin hacer presencia física en el Congreso, para dimensionar la fragilidad de quienes hasta hace no mucho ejercían el poder sin cortapisas.
La incógnita en este escenario de absoluta debilidad para la oposición es la actitud que asumirá Movimiento Ciudadano, un partido que consiguió resultados aceptables en la última elección.
Su principal mérito -cada vez más evidente- fue haber rehuido a la alianza del PRI, PAN y PRD que en lugar de potenciar a los tres partidos tradicionales, terminó por destruirlos.
En Tamaulipas hoy MC tiene una alcaldía y dos diputaciones locales, una cosecha todavía incipiente, pero que bien pudiera convertirse en plataforma para un crecimiento similar al que ha experimentado en otras regiones del país.
Desde luego, no será en automático. La principal pregunta que tienen que responder los principales actores de Movimiento Ciudadano -sus cuadros primordiales como Gustavo Cárdenas, Roberto Lee, y los diputados Juan Carlos Zertuche y Mayra Benavides- es qué tipo de oposición quieren ser.
Quizás la respuesta no sea tan difícil, basta con que se miren en el espejo del PAN y el PRI para detectar lo que no deben hacer.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES