Los datos del empleo formal en Tampico, Ciudad Madero y Altamira, desde 2015 hasta 2024, no solo revelan un estancamiento general, sino que también encienden focos rojos sobre la situación laboral de los jóvenes. Al analizar las cifras específicamente para este grupo etario, el panorama se torna aún más preocupante.
En Altamira, el empleo formal para jóvenes ha oscilado entre los 11,000 y 12,000 empleos, sin mostrar un crecimiento significativo en la última década. Ciudad Madero, con un pico de 6,662 empleos en 2019, ha experimentado una disminución constante, llegando a 5,128 en 2024. Tampico, si bien lidera con 24,173 empleos en 2019, también muestra una tendencia a la baja en los últimos años.
Estos datos evidencian que los jóvenes enfrentan mayores dificultades para insertarse en el mercado laboral formal. La falta de experiencia, la desconexión entre la formación académica y las demandas del mercado, y la precariedad de las condiciones laborales son algunos de los factores que contribuyen a esta problemática.
La falta de oportunidades para los jóvenes no solo afecta su desarrollo personal y profesional, sino que también tiene implicaciones negativas para el crecimiento económico y social de la región. Una juventud sin empleo o con empleos precarios es más vulnerable a la exclusión social, la delincuencia y la migración.
Para revertir esta situación, es fundamental implementar estrategias que se enfoquen en las necesidades específicas de los jóvenes: Fortalecer la vinculación entre la educación y el mercado laboral a través de programas de prácticas profesionales, pasantías y formación dual que permitan a los jóvenes adquirir experiencia y desarrollar habilidades relevantes para el mundo del trabajo; Impulsar el emprendimiento juvenil a través de facilitar el acceso a financiamiento, capacitación y asesoría para jóvenes que deseen iniciar sus propios negocios; Promover la creación de empleos de calidad mediante incentivos a las empresas a generar puestos de trabajo con buenas condiciones laborales, salarios dignos y oportunidades de crecimiento profesional; Fomentar la inserción laboral de jóvenes en situación de vulnerabilidad con programas específicos para jóvenes con discapacidad, jóvenes de pueblos originarios y jóvenes en conflicto con la ley.
Abordar el desafío de la empleabilidad juvenil requiere un enfoque integral que involucre a todos los actores de la sociedad: gobierno, empresas, instituciones educativas y organizaciones de la sociedad civil. Es una tarea urgente que no podemos postergar, ya que el futuro de nuestra región depende del potencial y el talento de nuestros jóvenes. Usted ¿qué piensa?
POR JORGE ALBERTO PÉREZ CRUZ