CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La temporada de ciclones y huracanes 2024 en el Atlántico concluirá oficialmente el próximo 30 de noviembre, marcando el cierre de un periodo que dejó tanto beneficios como retos para Tamaulipas.
Desde junio, el estado recibió lluvias significativas derivadas de fenómenos como el ciclón “Alberto” y la tormenta tropical “Chris”.
Aunque estas lluvias ocasionaron inundaciones y afectaciones en zonas bajas, también trajeron ventajas para la agricultura y el abastecimiento de agua.
Impactos positivos
Las precipitaciones ayudaron a recuperar los niveles de embalses y recargar acuíferos, lo que mejoró la disponibilidad de agua potable y benefició cultivos como maíz y sorgo.
Estas condiciones favorecieron un incremento en los rendimientos agrícolas, fortaleciendo una de las principales actividades económicas del estado.
Además, las lluvias permitieron aliviar la presión sobre los sistemas de distribución de agua, especialmente en áreas rurales, donde históricamente se enfrentan problemas de suministro.
Daños y desafíos
Por otro lado, las lluvias causaron daños en infraestructura, como grietas en viviendas y carreteras, además de incomunicar comunidades rurales, principalmente en el municipio de Tula.
Sin embargo, las medidas preventivas implementadas, como limpieza de ríos y drenajes, mitigaron en gran medida los impactos.
De cara a 2025, los expertos llaman a mantener prácticas preventivas y fortalecer la resiliencia ante posibles fenómenos meteorológicos más intensos.
Por Antonio H. Mandujano
EXPRESO-LA RAZON