La violencia digital y el ciberacoso en Tamaulipas es un tema pendiente que cuenta con sanciones, pero que solo en pocos casos que se cuentan con los dedos de las manos han podido ser castigados.
Los porcentajes y cantidades de denuncias y casos que se registran en el estado no son un tema menor. El informe publicado por el Módulo sobre ciberacoso (MOCIBA) refleja la inseguridad y el temor de navegar por internet, instrumento que puede usarse para vulnerar la integridad de las mujeres.
De acuerdo con dicho informe realizado de julio de 2022 a agosto del año pasado, Tamaulipas no ha disminuido el porcentaje de casos por ciberacoso. Si bien Tamaulipas no es la entidad federativa con mayor cantidad de casos reflejados, presenta un importe problema en la atención a las víctimas de violencia digital y el ciberacoso.
En nuestro Estado la mayoría de las agraviadas son mujeres de entre 20 a 29 años, aunque existen casos desde adolescentes de 12 años, (al igual que los hombres), siendo está la edad promedio en la que los jóvenes tienen sus primeros encuentros con internet y redes sociales.
Sin embargo es importante señalar que en la mayoría de los casos de personas afectadas por este problema, el 60.4% se trata de hombres agrediendo a otros hombres por internet, mientras que el 53% fueron mujeres agredidas por hombres. De acuerdo con la activista por los Derechos Humanos y ex presidenta de la CODHET Olivia Lemus, 95 de cada 100 víctimas de violencia digital son mujeres.
Otro dato relevante es la cantidad de mujeres que manifestó ser ciberacosada por hombres recibiendo insinuaciones o propuestas sexuales, siendo el 91.4%. En la mayoría de los casos las víctimas no conocen a su o sus agresores, en Tamaulipas solo el 22.8% pudo identificarlos siendo casi del mismo rango de edad que las víctimas. No obstante mujeres menores o en curso de la educación media superior han sido agredidas por personas mayores de entre 26 a 35 años.
CASOS, EFECTOS Y ACCIONES TOMADAS ANTE LA VIOLENCIA DIGITAL
Contacto mediante identidades falsas, mensajes ofensivos y recibir contenido sexual son algunas de las situaciones más comunes para las víctimas de este delito, aunque no suelen ser los únicos escenarios.
Llamadas ofensivas y publicar o vender contenido íntimo también son acciones presentes en Tamaulipas, aunque el delito que más reincide es el rastreo de cuentas personales o sitios web, comúnmente esta acción es la primer en presentarse continuando por desencadenar otros delitos. Los principales efectos para las víctimas de estas acciones están ligadas al enojo, desconfianza, inseguridad, estrés y miedo.
Pesé a ello, son muy pocas las denuncias que llegan hasta la Policía Estatal Cibernética o a la Guardia Estatal Cibernética. La mayoría opta por bloquear al o los agresores que atacan mediante Facebook como principal medio digital seguido de WhatsApp. Aunque en el Estado, estás acciones se encuentran tipificadas como un delito en el artículo 8 ter. Así como en la Ley Olimpia aceptada por el Congreso del Estado en Octubre de 2020, a la fecha únicamente dos hombres han sido investigado bajo esta Ley que sanciona con cárcel y multa económica César «F» fue el primer caso juzgado bajo los efectos de la Ley Olimpia en Tamaulipas, fue acusado por su expareja por el delito de violencia familiar en su modalidad de maltrato psicoemocional y violencia a la intimidad que es la revelación, difusión, publicación o exhibición mediante correo electrónico, mensajes telefónicos, redes sociales o por cualquier otro medio, imágenes, audio o video de contenido íntimo, erótico o sexual de una persona, sin contar como el consentimiento de la víctima.
Por otra parte, Jesús Guadalupe «R» fue vinculado a proceso en 2022 por ciberacoso que refiere el hostigamiento, o amenaza por medio de las tecnologías de la información y comunicación (TICs), tales como redes sociales, mensajería instantánea, correo electrónico o cualquier otro medio digital y cause un daño en la dignidad personal, o afecte la paz, la tranquilidad o la seguridad de las personas, mediante el envío de mensajes de texto, videos, impresiones, gráficas, sonoras o fotografías.
Durante el transcurso de la investigación se le prohibió el contacto por medios digitales y de manera personal con la víctima. Aunque estos casos han sentado un precedente en la sanción de dichos delitos, la seguridad en medios digitales es escasa, los protocolos de prevención no resuelven, las sanciones no llegan y la erradicación de la violencia digital en contra de las mujeres continúa.
INFANCIAS TAMBIÉN EN RIESGO
En México, el término «Child Grooming», definido por Save the Children como formas delictivas de acoso que implican a un adulto contactar a un niño, niña o adolescente con el fin de involucrarlo en una actividad sexual, no está incluido en los glosarios judiciales, ni cuenta con una ley que apoye a las fiscalías en la búsqueda de justicia para las víctimas.
En 2023, Prevención Ciberviolencia, organización independiente cuyo objetivo es visibilizar, prevenir y enfrentar la violencia facilitada por el uso de las tecnologías, lanzó el primer monitoreo de ciberacoso sexual dirigido a niñas, niños y adolescentes en el País.
Encontraron que, debido a la falta de una definición clara por parte de las autoridades, las entidades recurren a marcos legales desactualizados para abordar el fenómeno, apelando a delitos como abuso sexual, acoso sexual, trata de menores y al término victimizante de pornografía infantil. Según los datos recopilados en la investigación, los estados con mayores índices de violencia contra la infancia en el ámbito digital durante el periodo de enero de 2021 a mayo de 2022 fueron, en orden descendente, Yucatán, Nuevo León, Ciudad de México, Campeche y Puebla. Sin embargo, estos indicadores solo reflejan denuncias; en cuanto a las carpetas judicializadas, es decir, los casos en los que existe una parte acusada, los datos son más escasos. Ciudad de México, Campeche, Baja California y Zacatecas registraron el mayor número de investigaciones judicializadas, pero el dato más preocupante es que, durante el periodo analizado, solo se identificaron dos carpetas o casos con acción penal en un país que cuenta con aproximadamente 31.8 millones de personas menores de 18 años, según el censo de población y vivienda de 2020 del INEGI.
La firma de ciberseguridad Check Point Software, explicó que las condiciones para que ocurran estos casos incluyen dejar a los menores sin supervisión en el uso de aparatos tecnológicos. Agregó que el deseo de pertenecer a un grupo o comunidad en videojuegos, así como la admiración e inspiración de los influencers en redes sociales, propician escenarios ideales para los agresores. Videojuegos como Roblox, Grand Theft Auto, Free Fire, PUBG, y plataformas como Instagram, TikTok, Facebook y Snapchat, son lugares donde los menores pueden ser contactados. Se identificaron cuatro fases en las que operan los criminales.
En primer lugar, crean un vínculo de confianza con un perfil atractivo que coincide con los intereses de la víctima. Los atacantes investigan y establecen contacto, llenándolos de cumplidos para generar intimidad y reconocimiento. En segundo lugar, aíslan a las víctimas de sus círculos de seguridad, por ejemplo, invitándolos a jugar partidas en línea en privado o buscando conexiones cuando el menor está sin supervisión
En el tercer punto, una vez ganada la confianza, obtienen información útil para usarla en contra de la víctima, recopilando datos personales, familiares, dirección y teniendo interacciones que involucran contenido sexual. En la última fase, comienza la extorsión u otros delitos que pueden llevar al abuso sexual o secuestro. Uno de cada cuatro adolescentes de entre 12 y 17 años padece violencia digital, en forma de mensajes ofensivos, imágenes o videos de contenido sexual, que no sólo reciben, sino que también son obligados a generar.
La Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, refirió que el 20.05 por ciento de jóvenes enfrentaron ciberacoso, según el estudio «Violencia digital contra la niñez», del año 2023.
Este último se realizó con cuidadores de todo el País -padres, familiares o incluso personas que prestaran ese servicio-, y además de ciberbullying, detectaron que sus hijos o adolescentes de los que se encargan (10.68 por ciento) son víctima de sexting, término que se refiere a la solicitud de videos o fotos de carácter sexual y de grooming (10.16 por ciento) como se conoce al contacto que establece un adulto con menores de edad para involucrarlos en actividades sexuales.
También fueron acechados (8.07 por ciento) por medios digitales (stalked), avergonzado o humillados (8.07 por ciento) en este ámbito (shaming) o expuestos en la red (3.39 por ciento) para avergonzarle o intimidarle (doxing). Este estudio obedeció a la preocupación por el aumento en los reportes de violencia contra los niños durante la pandemia.
POR KAREN SALAS