TAMAULIPAS, MÉXICO.- Durante los últimos meses, los albergues para migrantes de la frontera de Tamaulipas con Texas empezaron a vaciarse. En buena medida, estos espacios comenzaron a descongestionarse porque el Gobierno del Presidente demócrata Joe Biden había creado una ruta legal y clara para pedir asilo humanitario.
Además, México reforzó los controles migratorios en su frontera sur, lo que redujo el flujo hacia el norte.
Sin embargo, la situación ha comenzado a cambiar. Albergues en ciudades como Matamoros, Reynosa, Saltillo y Piedras Negras registran un aumento de migrantes nerviosos ante las políticas anunciadas por el presidente electo Donald Trump, quien ha prometido cerrar la frontera a la migración desde el inicio de su mandato, programado para el 20 de enero.
Con las medidas implementadas por Biden, los migrantes podían gestionar su solicitud de asilo mediante la aplicación CBP One, acudiendo a un puente fronterizo únicamente el día de su cita. Esta alternativa permitió que la mayoría optara por esperar en territorio mexicano, donde enfrentaban menos riesgos relacionados con el crimen organizado.
No obstante, los encargados de los albergues reportan un nuevo repunte en la llegada de migrantes sin cita previa, quienes buscan cruzar a Estados
Unidos antes de que Trump asuma la presidencia.
“Muchos están llegando sin cita, con la creencia de que pueden pasar”, afirmó Francisco Gallardo, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana, que administra las casas de migrantes católicas en Matamoros y Reynosa.
“Están llegando a los albergues familias completas”, añadió el sacerdote, señalando que las tres casas operativas en Matamoros ya están a su máxima capacidad, con más de mil migrantes, principalmente provenientes de Sudamérica y Centroamérica.
Actualmente, las reglas para solicitar asilo exigen que la cita se gestione exclusivamente a través de CBP One. Asimismo, está prohibido cruzar sin documentos y entregarse en territorio estadounidense, una práctica que en el pasado permitía iniciar trámites en ese país. Ahora, quienes intentan ingresar de esa forma son deportados de inmediato y enfrentan vetos prolongados para volver a solicitar asilo.
La activista Gladys Cañas, que da asesoría y apoyo a migrantes, reveló que a su oficina en Matamoros han llegado estos extranjeros que se desistieron del “sueño americano”, pese a que estaban bajo un proceso de asilo en territorio estadounidense desde hace algún tiempo.
“Están entrando en pánico”, dijo Cañas, “porque oyen que quieren deportar a 11 millones de personas y que una vez detenidos van a estar mucho tiempo en los centros de detención.”
“Ellos no quieren ser privados de su libertad y deciden autodeportarse, regresar aún con la pena y con su sueño americano frustrado.»
“Prefieren volver con sus familias a ser detenidos”, precisó la titular de la asociación “Ayudándoles a Triunfar”.
Este temor, se da porque Estados Unidos reanudará la práctica de poner a familias de migrantes enteras en centros de detención, de acuerdo con Tom Homan, próximo Zar de la Frontera de la Administración de Donald Trump
POR. STAFF
EXPRESO-LA RAZÓN