El año 2024 concluyó con cifras alentadoras en materia de seguridad, al registrar el menor número de homicidios dolosos en al menos una década.
Hasta el mes de noviembre, se contabilizaron 316 casos, una disminución significativa frente a los 341 reportados en el mismo periodo de 2023.
Este descenso marca un punto histórico al posicionar a 2024 como el año con menos homicidios dolosos desde 2015, cuando se registraron 502 incidentes.
La tendencia a la baja en los homicidios dolosos es más evidente al comparar los últimos años. En 2022, se reportaron 355 casos; en 2021, 486; en 2020, 543; y en 2019, 614. A partir de 2018, el año con el mayor número de homicidios dolosos (786), la curva comenzó a descender de manera constante.
La reducción también se refleja al comparar 2024 con 2017, cuando hubo 722 homicidios, o con 2016, que reportó 548 casos.
Es imposible no observar estas cifras en función de los tiempos políticos.
Llama la atención que el incremento en los homicidios se consolidó de manera evidente durante el sexenio panista en Tamaulipas.
En el 2015, en el ocaso del régimen priísta, cuyo fin en buena medida se explica por el hartazgo de la población causado por los altos índices delictivos- se reportaron 502 homicidios. En el 2016, el último de Egidio Torre, la cifra final fue de 502.
Mientras que en el 2017 -el primero completo de Cabeza de Vaca al frente del gobierno estatal- el número ascendió a 722 y a 788 en el 2018.
El siguiente bajón en las estadísticas de asesinatos no se dio sino hasta el 2022, cuando la cifra se redujo a 355; y desde entonces -durante la administración de Américo Villarreal- no han dejado de bajar hasta llegar a este 2024, que además según la Fiscalía General de Justicia, tuvo el diciembre con menos homicidios dolosos desde al menos una década.
Expertos atribuyen la disminución de los homicidios dolosos a varios factores, entre ellos el fortalecimiento de los programas de prevención comunitaria, la mayor coordinación entre las fuerzas de seguridad y la implementación de tecnologías de vigilancia y análisis delictivo.
Lo primordial por el momento es identificar lo que se está haciendo bien para acentuarlo todavía más y detectar las áreas de oportunidad para profundizar esta tendencia.
El reto para el 2025, con una nueva administración federal, está claro: consolidar estas reducciones y ampliar la mejora en la percepción de seguridad a todo el estado.
La estrategia de seguridad de Claudia Sheinbaum y Omar Harfuch tiene en el estado un desafío importante.
Por Miguel Domínguez Flores