MÉXICO.- La economía del hogar en México es algo muy particular porque existen muchas maneras de “ahorrar” y conseguir dinero en un determinado tiempo. Una de las técnicas más utilizadas por los mexicanos con las tandas y las cajas de ahorro, pero ¿cuál es la diferencia entre una tanda y una caja de ahorro?
Diferencias entre la tanda y la caja de ahorro
Una tanda y una caja de ahorro son esquemas utilizados para la gestión y acumulación de dinero, pero sus características, objetivos y dinámicas de funcionamiento difieren significativamente, reflejando enfoques distintos hacia la organización financiera comunitaria e institucional.
La tanda es un acuerdo informal y no regulado entre un grupo de personas, usualmente amigos, familiares o compañeros de trabajo, que deciden aportar una cantidad fija de dinero de manera periódica, como semanal o quincenal. Este fondo se reparte cíclicamente entre los participantes en un orden establecido previamente.
Cada integrante recibe el total reunido una vez por ciclo, sin generar intereses ni beneficios adicionales más allá del acceso anticipado al dinero. Su atractivo radica en la confianza y simplicidad del mecanismo, pues no requiere intermediarios ni costos operativos.
Sin embargo, el éxito de la tanda depende exclusivamente del compromiso de los participantes, ya que carece de garantías legales que aseguren la recuperación del dinero en caso de incumplimientos.
Por otro lado, la caja de ahorro es una herramienta formal, usualmente gestionada por una institución, como una cooperativa, sindicato o empresa. Aquí, los integrantes realizan aportaciones regulares que se depositan en un fondo colectivo administrado por la organización.
A diferencia de la tanda, una caja de ahorro tiene un enfoque más estructurado y ofrece beneficios adicionales, como el pago de intereses sobre los montos ahorrados o el acceso a créditos con tasas preferenciales.
Los fondos en una caja de ahorro suelen estar respaldados por normativas legales, lo que brinda mayor seguridad a los ahorradores. Además, este sistema fomenta una cultura financiera más sólida, incentivando el ahorro a mediano y largo plazo y promoviendo la estabilidad económica de sus miembros.
Otra distinción importante radica en la accesibilidad y el propósito. Mientras que las tandas suelen ser utilizadas como una estrategia rápida para obtener liquidez inmediata, las cajas de ahorro están diseñadas para construir una reserva económica que sirva como respaldo en momentos de necesidad o para alcanzar objetivos financieros específicos.
Asimismo, la participación en una caja de ahorro implica un grado de formalidad y regulación que no está presente en las tandas, lo que fortalece la confianza y reduce los riesgos asociados a la administración del dinero.
Tips para hacer una tanda
Organizar una tanda de dinero requiere claridad, confianza y una buena comunicación entre los participantes. Estos tips podrían hacer que tu tanda fluya de la mejor manera.
Define el propósito y las reglas desde el inicio: establece claramente el objetivo de la tanda: puede ser ahorro, financiamiento grupal o algún fin específico. Aclara las reglas, como el monto de la aportación, la frecuencia de los pagos (semanal, quincenal o mensual) y el orden de los turnos para recibir el dinero.
Elige participantes confiables: invita solo a personas con un historial de compromiso financiero y responsabilidad. Esto asegura que todos cumplan con sus aportaciones y eviten problemas de impago. Si hay dudas, empieza con un grupo pequeño de confianza.
Asigna un organizador confiable: el organizador será el encargado de llevar un registro detallado de las aportaciones, turnos y fechas. Este rol debe recaer en alguien organizado, imparcial y confiable para evitar conflictos.
Crea un registro detallado: lleva un control claro y accesible con los nombres de los participantes, las fechas de pago, los montos aportados y los turnos asignados. Puedes usar una hoja de cálculo o incluso aplicaciones diseñadas para este propósito.
Establece fechas fijas y respétalas: asegúrate de que todos conozcan las fechas límite para las aportaciones. Si alguien no cumple a tiempo, se puede afectar a quien necesita recibir el dinero. Considera incluir una pequeña penalización en caso de retrasos para fomentar la puntualidad.
Comunica todo de manera transparente: mantén informados a los participantes sobre el estado de la tanda. Esto incluye confirmar los pagos recibidos, recordatorios de fechas y aclaraciones sobre cualquier situación imprevista.
Evita comprometer cantidades altas al inicio: si es la primera tanda que organizas, opta por un monto razonable que no sea una carga excesiva para los participantes. Esto permite que todos se sientan cómodos y confiados en el proceso.
Considere un respaldo para imprevistos: piensa en posibles soluciones para casos donde un participante no pueda cumplir, como tener un fondo de emergencia o un suplente que pueda cubrir la aportación temporalmente.
CON INFORMACIÓN DE EXCELSIOR.