CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En el mundo del fútbol amateur, hay equipos que nacen, compiten y desaparecen con el tiempo o simplemente su brillo es fugaz. Pero hay otros que trascienden, que marcan una época o empiezan a marcarla, que dejan huella en cada cancha en la que pisan.
Ese es el caso de Las Marías FC, un equipo que comenzó como un grupo de amigos que buscaba una convivencia y que, con el paso del tiempo, se convirtió en el rival a vencer en Ciudad Victoria, un equipo que lejos de tener a ex jugadores de primera división o Ascenso, ha apostado por el talento juvenil y de la capital tamaulipeca.
Detrás de este fenómeno está Jaime Humberto Martínez, un hombre que nunca imaginó la magnitud que alcanzaría su equipo, pero que hoy lidera a un conjunto que compite, y que gana.
Titulares de periódicos, de páginas de redes sociales, es común mirar ‘Ganaron Las Marías’, pero detrás de ese éxito, hay una historia de amigos que sin saberlo iniciarían uno de los proyectos más exitosos de los últimos años.
Los inicios: De la convivencia a la competencia
El fútbol no siempre fue una prioridad para Jaime. Su historia comenzó de manera casi accidental, como un simple pasatiempo, de niño nunca jugó futbol a alto nivel, pateaba la pelota, pero nunca entrenó, “mis papás no podían pagarme una escuela de futbol, yo no veía el futbol así, lo veía para divertirme, incluso me tocó ir con mi papá al Correcaminos en los 90’s, veía el futbol en la televisión”.
Más grande empezó a practicarlo pero meramente de convivencia, “en la escuela estuve en los torneos internos, después en la Secundaria; en la prepa y Tecnológico también se dio jugar pero meramente de pasa tiempo, nunca fui muy bueno la verdad”, expresó.
Fue cuando entró a trabajar al Banco Santander cuando comenzó a nivel competitivo, “ahí tenían equipo en la liga empresarial, participé con ellos, me invitaron y yo era portero pero les dije que no era bueno, me tocó no ganar nada en dos torneos, en el tercero fuimos campeones y créeme que ahí empezó como que la pasión por ganar y buscar nuevos retos”.
A su vez en el negocio de su familia, las Quesadillas Las Marías, los meseros y empleados de cocina se unieron para formar un equipo y jugar en la liga sabatina de La Cima, él ya con su primera experiencia en el torneo empresarial se animó a apoyar la iniciativa, gestionarla con su mamá. Él no sabía mucho del nivel de competencia, solo quería compartir con su gente.
“Yo no sabía que había jugadores o exjugadores de tercera, segunda o incluso liga de ascenso que jugaban en el barrio, yo desconocía todo eso”, recuerda con una sonrisa. “Nos metimos para convivir en 2019 al torneo sabatino de La Cima y créeme, perdimos todos los juegos”.
Sin embargo, esa primera experiencia con sus empleados le despertó una inquietud: el deseo de ganar.
“Me entró el gusanito de hacer algo mejor. ‘Ahora quiero ganar’, me decía”, confiesa.
El nacimiento de Las Marías
El verdadero giro en su historia llegó cuando conoció a Felipe, Edwin Gallegos y Yasser Rodríguez, quienes tenían un equipo llamado Deportivo Las Américas. Fue con ellos cuando empezó a entender la estructura del fútbol amateur victorense: primera, segunda, tercera fuerza, la verdadera talacha.
“Volvimos a entrar al sabatino era el 2021 aproximadamente, pero ahora con más jugadores como Milton Hernández, Víctor de León y Dany Reyna. No ganamos, nos quedamos en semifinales. Luego jugamos en quinta división y perdimos la final contra Taller López. Me dolió tanto esa derrota que me prometí que la historia no volvería a repetirse”, relata.
Con ese impulso, ascendieron a cuarta y ahí comenzó la era de Las Marías, el verdadero prime que conocemos hasta la actualidad.
“Todos ellos fueron los iniciadores como quien dice. Jugamos la final contra Diablitos en cuarta. ‘Cone’ Castro se unió a nosotros y fue clave, Felipe en el arco… y ganamos. Lloré, soy sincero. Lo intentamos tanto que cuando llegó el título, fue una explosión de emociones. Después de eso, repetimos el campeonato en tercera y después de varios torneos ascendimos a segunda porque una ocasión no se había hecho la división, en segunda también fuimos campeones, le ganamos Deportivo Matías. Nuestro sueño era jugar contra los mejores, y lo logramos”.
La consagración: Vencer a los grandes
El momento en el que Las Marías se convirtió en un equipo de respeto fue cuando derrotaron a Deportivo Martínez en la final de la categoría premier, después de su ascenso desde cuarta división, por fin estaban codeándose ante equipos tradicionales como el Ferrari, Fundador, Rhinos, entre otros.
“Creo que ahí nació Las Marías ganadores. El equipo a vencer o que demostrábamos que estábamos para eso. Habíamos vencido a un equipo histórico, un grande de Victoria. Nos habíamos ganado nuestro lugar”.
Ese hambre de victoria los llevó a participar en la Champions, un torneo donde compiten los mejores. El primer año fue un fracaso: eliminación en octavos a manos de Privada. El segundo fue un aprendizaje, pero el tercero… el tercero fue el año del título.
“Fue una alegría enorme, pero también un sufrimiento. A cinco minutos del final, íbamos perdiendo. Yo pensé que ya se había acabado el sueño. Hay fotos donde estoy hincado, porque sabía el talento y la experiencia del rival, Fundador un gran equipo, hombres de mucha experiencia y talento, un entrenador que le sabe. Pero Dios nos dio otra oportunidad. Apareció Homero con un tiro libre y después remontamos. Lloré, no lo podía creer”.
Esa final tuvo un significado especial para Jaime, “mi mamá estaba ahí. A ella ni le gusta el fútbol, pero siempre me ha apoyado desde que hicimos el equipo de trabajadores. Y verla celebrar con nosotros, junto con mi esposa y mi hija, fue algo inolvidable. De hecho, mi niña nació el mismo día que originalmente sería la final. Por la lluvia se pospuso y gracias a eso, pude estar en ambos momentos más importantes de mi vida: el nacimiento de mi hija y la coronación de mi equipo”.
El ascenso a Liga Santander: El paso a la élite
Con el éxito en la Champions y en las ligas locales, sus jugadores y la misma gente comenzó a presionar a Jaime: Las Marías tenía que jugar en Liga Santander, el nivel más alto del fútbol amateur victorense.
“Al principio no quería. Lo veía como perder tiempo. Luego en domingo, no me convencía. Pero mis jugadores insistieron tanto que acepté. Primero pensé en iniciar desde segunda, porque no tenía el capital para comprar una franquicia en primera, pero al final lo logré. Analicé y me arriesgué, junté dinero, y negocié con un equipo de La Juve, ellos ya no querían seguir y Benito Valdez me comentó eso, entonces negociamos y se dio”, contó.
Hasta ahora ha sido la mejor inversión de su vida dentro del futbol, pues “se han dado las cosas, aparte he aprendido mucho, el futbol tradicional es una cosa diferente al Futbol-7, he aprendido mucho de Max, mi profe, aprendo mucho viendo y también viendo a otros equipos o en la tele se aprende, no soy Pep Guardiola pero creo que ha sido una buena decisión”, expuso.
El debut de Las Marías en Santander fue arrollador. Sólo perdieron en la jornada dos ante Flumineses, desde ahí tomaron una racha, pero fue aproximadamente en la jornada 5, cuando Jaime supo que algo grande estaba por suceder, y esto lo confirmó en cuartos de final.
“Yo desde como la jornada cinco veía el compromiso de mis jugadores y sabía algo, pero hubo un partido clave: cuartos de final contra Las Palmas. Íbamos perdiendo 2-0 y jugábamos con dos jugadores menos desde el inicio, hubo un torneo ese mismo día y varios no pudieron ir de mis jugadores. Pensé que ahí se acababa todo. Pero los que estaban en la cancha no se rajaron. Ahí me di cuenta que íbamos a ser campeones. Se fundieron, ellos regularmente juegan varios juegos los domingos, ese día todos se fueron a descansar porque todos corrieron y sacrificaron, fue una llamada de atención, pero sabía que era una buena señal”, expuso.
Y así fue. Ese presagio se volvió realidad. Y pareciera que el destino y Dios querían que así fuera pues confesó que hubo varias ocasiones que se salvaron.
“Después de eso, en la semifinal pasó lo de la protesta, yo no sabía qué pasaría pero al final creo que hubo justicia. Después en la final de ida, ese juego creo yo hubiera sido el peor que jugamos, afortunadamente la lluvia apareció, se suspendió antes del medio tiempo, y sinceramente lo digo, sino hubiera sido por eso, yo les digo a mis muchachos que hubiéramos perdido por dos o tres goles, no era nuestro día”, comentó.
“Ellos supieron de eso, y respondieron cuando se reanudó el juego de ida pues fue otra cosa, ganamos 2-1 y la vuelta pues la ganamos por goleada, creo dimos un golpe en la mesa, fue todo gracias a Dios”, manifestó.
“Yo no imaginaba que en mi primer torneo en Santander seríamos campeones. Fue algo increíble. Lo luchamos, lo peleamos, lo logramos”, añadió.
El presente y el futuro: “Las Marías es el equipo a vencer”
Hoy, Las Marías es el mejor equipo de Victoria y eso no lo oculta Jaime, pues si bien dice que acepta con humildad la derrota y la victoria aún más, sabe que hoy son el equipo a vencer.
“Es padre porque nunca imaginé la magnitud de esto. Pero nos lo ganamos a pulso. Sé que un día vamos a perder, pero una derrota no definirá lo que hemos construido. Ahora la gente nos quiere ganar y eso me motiva más, creo entenderán los que han estado en esta posición, la competencia o el que vea que otros equipos le echan más ganas, pues es motivante”.
Para Jaime, este solo es el comienzo y este 2025 quiere llevarse todo, aunque sabe es una misión difícil, no hay imposibles si lo sueña.
“No sé si lo logremos o no, pero sueño y quiero llevarme todo otra vez. Armé el equipo para el bicampeonato en Champions y Santander. Sé que será difícil, pero es mi objetivo. En Santander vamos en primer lugar y en la copa estamos clasificados. Quiero la triple corona, la copa es una deuda pendiente que tengo”, señaló.
Hay equipos que marcaron época como La Banda, Multiformas, Fundador, incluso el mismo Deportivo Martínez, por lo que Las Marías, quiere comer en la mesa de esos ‘monstruos’.
“No quiero picar la flor y retirarme. Tengo 21 títulos pero quiero más. Quiero ser el mejor de Victoria. No lo digo mucho, sólo a mi mujer, pero ese es mi objetivo. Quiero que Las Marías sea un equipo de época, como lo fueron Fundador, Martínez, La Banda, Multiformas. No quiero ser un campeón fugaz, quiero dejar huella”.
El legado de Las Marías: Más que un equipo, una familia
Jaime no olvida a los que han sido parte de esta historia. Desde los primeros que hicieron el equipo por convivir, hasta los actuales. Para él todos seguirán siendo amigos y aunque ahí unos hayan tomado caminos diferentes, Las Marías siempre serán su familia.
“Agradezco a todos los que han creído en mí, en Max, Max es una pieza importante de esto, todos los jugadores actuales, los que estuvieron en un inicio, los que se mantuvieron, los que ya no están, todos son parte de esto”, apuntó.
Asimismo destacó que él seguirá con el apoyo a los jugadores locales, “Yo creo en el talento victorense. Lo digo con respeto, pero aquí hay calidad y carácter para competir con los mejores, yo me identifico con mis muchachos. Uno de nuestro jugadores se regresó a Correcaminos de la Premier, Julio Flores, una persona que aprecio mucho, y que así como él hay muchos más talentosos aquí”, dijo.
Sobre todo, no olvida a su familia, el pilar que lo ha sostenido en este camino, “mi esposa es fundamental. Ella es mi mediadora, mi equilibrio. Sin ella, nada de esto sería posible”.
Las Marías FC no sólo un equipo, es el reflejo del esfuerzo, la perseverancia y la pasión de un hombre que, sin imaginarlo, terminó construyendo una institución dentro del fútbol amateur victorense. Lo que comenzó como un grupo de amigos y empleados jugando por simple convivencia, se convirtió en un proyecto que hoy representa competitividad, identidad y una historia de superación.
Jaime Humberto Martínez fue y es un hombre con un sueño, con la determinación de hacer historia con los suyos, con la gente de Victoria. Y sí, sabe que el éxito no es eterno, que los campeones de hoy pueden ser los olvidados de mañana pero también entiende que no se trata de ganar títulos, sino de trascender, de ser un equipo de época, de estar en boca de todos no solo por los triunfos, sino por la manera en que se consiguen.
Las Marías FC sigue en pie, más fuerte que nunca porque detrás de cada triunfo, cada derrota, cada campeonato, hay un hombre que soñó con esto, lo imaginó y lo convirtió en realidad. Y mientras su pasión siga intacta, mientras haya un balón rodando, Las Marías seguirá luchando por ser el mejor equipo de Victoria. Porque para Jaime Humberto Martínez, esto no es un pasatiempo. Es su legado que quiere dejar.
Por Daniel Vázquez
Expreso-La Razón




