CIUDAD VICTORIA, TAM.- Jesús Alejandro Montalvo, un joven de 17 años con una vida llena de sueños y talento, enfrenta una lucha que jamás imaginó. Estudiante del CBTis 24, apasionado por la música en la rondalla y disciplinado taekwondoín, su historia tomó un giro inesperado cuando la salud comenzó a jugarle en contra. Lo que parecía un malestar pasajero se convirtió en una pesadilla que puso en riesgo su vida y desnudó las graves carencias del sistema de salud.
Su hermana, Brenda Montalvo, relata con desesperación cómo Jesús Alejandro acudió en varias ocasiones al ISSSTE en busca de respuestas, pero solo obtuvo diagnósticos erróneos y citas médicas programadas demasiado tarde para su condición.
A pesar de insistir en la gravedad de sus síntomas, los médicos descartaban algo serio, limitándose a recetar analgésicos y postergando los estudios necesarios. La espera fue mortal: cuando finalmente se descubrió la verdad, el tiempo ya jugaba en su contra.
Hace unos días, Jesús Alejandro comenzó a perder la coordinación y a sentir su lengua adormecida. Ante la urgencia, lo llevaron al Hospital Infantil, donde fue revisado y enviado a realizarse una tomografía en un centro privado, pues el hospital no contaba con los recursos para hacerlo. Los resultados fueron devastadores: un aneurisma roto que inundaba su cerebro de sangre. La situación era crítica; necesitaba una cirugía inmediata o no sobreviviría la noche.
Pero la carrera contra el tiempo apenas comenzaba. El neurocirujano del hospital estaba de vacaciones, y los pocos especialistas disponibles no podían atenderlo de emergencia. Se intentó trasladarlo al Hospital Regional, pero allí tampoco contaban con el equipo necesario para la operación. Mientras la familia buscaba desesperadamente una solución, cada minuto perdido jugaba en contra.
Cuando finalmente se encontró al Dr. René Martínez, dispuesto a operar en el Hospital La Salle, la falta de una ambulancia con cuidados intensivos retrasó el traslado, perdiendo horas valiosas. Sin embargo, la esperanza no se rindió, y tras una larga noche de angustia, Jesús Alejandro logró ser operado. La cirugía permitió descomprimir su cerebro, pero la batalla no ha terminado: sigue en terapia intensiva, y su recuperación es incierta.
Hoy, su familia enfrenta no solo la angustia de verlo luchar por su vida, sino también la carga de los gastos médicos que se acumulan día a día. Para quienes deseen brindar apoyo económico, se ha habilitado la cuenta 5264 2468 1826 6545 de Banorte, a nombre de Gissele Alejandra Montalvo Martínez.
Jesús Alejandro es un joven lleno de sueños, un estudiante, un atleta, un músico, un hermano y un hijo amado. Su corazón sigue latiendo con fuerza, pero necesita de todos para salir adelante. En esta lucha, cada ayuda cuenta, cada oración suma y cada muestra de apoyo es un rayo de esperanza para su familia.
Por Raúl López García