6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

El probable destino de Ismael

A BARLOVENTO/ TOMÁS BRIONES

El blindaje que tenía la cofradía cabecista se rompió y hoy más que nunca, Ismael García Cabeza de Vaca está muy expuesto a ser llevado ante la justicia.

En el Tamaulipas donde gobierna la Cautroté, el cabecismo se había mantenido intocable hasta que sucedió lo poco probable: Morena se hizo de la superioridad en el Congreso y hasta de la cantidad suficiente de votos para tener la mayoría calificada.

Durante años, el cabecismo tejió una red de impunidad que parecía infranqueable y desde la gubernatura, Francisco y su cofradía se aseguraron de dejar candados en cada rincón del aparato estatal, confiados en que su sombra se extendería más allá de su mandato.

Sin embargo, de manera paciente desde el poder se diseñó un mecanismo que le permitiera tener primero libertad para romper los candados jurídicos y al mismo tiempo, avanzar en la integración de carpetas de investigación para que la Fiscalía General de Justicia (FGJ) empezara a indagar.

Las cosas han caminado algo lentas por factores ajenos al gobierno estatal, pero la situación empezó a cambiar recientemente.

Ahora, el cerco legal se cierra sobre Ismael, hermano de Francisco el exgobernador y diputado local plurinominal.

Ismael, sin haber ocupado un solo cargo público en el gobierno de su hermano, logró meter mano a los principales presupuestos del estado con el simple peso de su apellido.

Su palabra era ley y nadie osaba oponerse a sus instrucciones, pues cuando hubo alguno que no entendió cuál era la dimensión de su poder, sufrió las consecuencias.

Actualmente, la situación del diputado es complicada en general: Tres carpetas de investigación han sido integradas en su contra y están dadas las condiciones para que se proceda jurídicamente.

La Contraloría Estatal, la Fiscalía Anticorrupción de Tamaulipas y la Fiscalía General de la República han puesto la lupa sobre el hermano de Francisco, quien durante el sexenio pasado ejerció una enorme influencia en la estructura gubernamental y en el partido.

Hasta donde se sabe, las acusaciones en su contra no son un simple montaje político, pues el auditor superior del estado, Francisco Noriega Orozco, ha documentado presuntos desfalcos millonarios con su sello.

En el sector Salud, por ejemplo, la Auditoría afirma que su huella está en la privatización de farmacias, en contratos hospitalarios supuestamente irregulares y en pagos inflados a factureras que drenaron recursos públicos.

Las investigaciones también lo vinculan con presuntos desvíos en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y en otras dependencias estatales, donde su palabra bastaba para hacer y deshacer a su antojo.

Ismael no necesitó un cargo formal en el gobierno para ejercer poder, como muchos lo pudieron comprobar.

Su influencia provenía del hecho de ser el hermano consentido del entonces gobernador.

Bajo esa premisa, convirtió su apellido en moneda de cambio, porque funcionarios, empresarios, contratistas, todos sabían que la voz de Ismael era ley.

Y bueno, sobre este tema, Tania Contreras López, consejera jurídica del estado ha dejado claro que las investigaciones avanzan y los casos están documentados.

En ese sentido, la funcionaria del gobierno estatal afirma que no hay persecuciones políticas, ya que asegura que existen pruebas concretas de los presuntos desfalcos.

También, Norma Angélica Pedraza Melo, titular de la Contraloría Estatal, ha dicho que hay denuncias en contra de funcionarios vinculados al cabecismo, muchas de ellas con evidencias que señalan directamente al diputado local.

Mientras tanto, en el Congreso local, el presidente de la Junta de Gobierno, Humberto Prieto Herrera, ya declaró que los legisladores están listos para dar trámite a cualquier solicitud de desafuero en su contra.

La relación de Ismael con los diputados morenistas, que son mayoría en el Congreso empezó mal y aunque en teoría no debería existir un sesgo partidista en la actuación de los legisladores, es inevitable que eso suceda: Finalmente todos entienden la política a la vieja usanza.

El caso de Ismael no es un hecho aislado, pero de acuerdo con quienes conocen bien la dinámica política del estado, tiene un simbolismo importante.

El hecho de que el hermano de Francisco se encuentre en una situación complicada en términos de probabilidades legales, implica que estamos ante el fin de la cofradía cabecista que tomó por asalto al PAN y al gobierno en la pasada administración.

El blindaje político y jurídico que durante el pasado sexenio fueron armando, se ha venido abajo y en buena medida, como resultado de la soberbia que los caracterizó durante su gobierno.

La estructura de protección que erigieron en la Fiscalía, en los tribunales, en la Auditoría Superior, ha sido desmontada pieza por pieza, sin que lo pudieran evitar.

Hoy, parece que Ismael puede ser objeto de una acción que la mayoría de Morena en el Congreso decida tomar, si es que piden su desafuero.

A la cofradía cabecista y sus diputados plurinominales no les alcanzaría para salvarlo. Además, quizá en el fondo no quieran hacerlo para no hundirse con él.

Por. Tomás Briones

abarloventotam@gmail.com

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