Aunque por el momento la disponibilidad de agua del sistema lagunario del río Tamesí es suficiente para cubrir las necesidades de la industria, el comercio y la población de la zona metropolitana del sur de Tamaulipas, la insuficiencia de lluvias y de obras hidráulicas mantiene latente el riesgo de otra crisis hídrica similar a la de 2024
De acuerdo con la medición del 6 de marzo del Sistema de Monitoreo de Presas de la Conagua, el vaso lacustre perdió 234 millones de metros cúbicos en siete meses. Ahora está en 105 por ciento de su capacidad de almacenamiento, el embalse pasó de 955 millones de metros cúbicos que se tenían tras el paso de la tormenta tropical “Alberto” ha a 721 millones.
Y todo indica que la pérdida de agua aumentará en los próximos meses a causa de la elevada evaporación y alza de la demanda del líquido durante la temporada de estiaje
La tormenta tropical “Alberto”, la única que azotó la zona durante la temporada de lluvias y huracanes del año pasado, resolvió milagrosamente la contingencia cuando apenas faltaban unos centímetros para provocar una insuficiencia acuífera de proporciones catastróficas.
La cuestión es que a pesar de la amenaza que conlleva la aleatoriedad del clima, las autoridades no han aplicado las medidas que se necesitan para resolver de fondo el problema y evitar que vuelva a repetirse otra emergencia hidrológica.
La bocatoma de donde se extrae el líquido que abastece a la zona sigue en el Chairel, el proyecto de reubicarla directamente al río Tamesí no se ha llevado a cabo y la capacidad de almacenaje no ha aumentado a pesar del desazolve de los canales americano y El Bartolo y el retiro del lirio acuático que cubre gran parte de la superficie de las lagunas.
Cabe señalar que el fenómeno climático de la niña agravará la situación, ya que si como resultado del enfriamiento de las aguas oceánicas las lluvias continúan escasas en el área, la disponibilidad de agua seguirá descendiendo y colocando otra vez al sur de Tamaulipas en una posición climática vulnerable.
Hablando de otras cosas, como advertían los especialistas, la guerra arancelaria emprendida por el presidente Trump contra México, Canadá y otros países, ha empezado a golpear a la propia economía de los Estados Unidos.
Además del encarecimiento del huevo, las frutas y las verduras, entro otros productos alimenticios, la bolsa de valores de Nueva York se desplomó. Tesla, empresa de Elon Musk, perdió 12 mil millones de dólares y la plataforma X sufrió una caída masiva que generó un descenso del 51 por ciento en las riquezas del magnate tecnológico.
Los expertos advierten al mismo tiempo que la economía estadounidense está en riesgo de entrar en un proceso de desaceleración e incluso de recesión de consecuencias imprevisibles, si el inquilino de la Casa Blanca no pone un alto a la imposición de aranceles.
Pero, en tanto que la aplicación de tarifas mercantiles tumba la popularidad de Trump, la aprobación del desempeño de la presidenta Sheinbaum subió al 85 por ciento y el liderazgo de la habilidad diplomática mostrado por la mandataria mexicana para enfrentar los desafíos de Washington es objeto de reconocimiento internacional.
Por. José Luis Hernández Chávez
jlhbip2335@gmail.com