23 abril, 2025

23 abril, 2025

Sucesión 2028: momios parejos

CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

Es inevitable: la marea de la política nacional influirá mucho en las dinámicas tamaulipecas durante los próximos dos años, la etapa previa a que llegue la sucesión.
Lo que hoy vivimos, a más de 30 meses de que inicie el proceso electoral 2027-2028, es un furor que parece excesivo en una carrera que, ya sabemos, es más de resistencia que de velocidad.
Pero así son las cosas.
Desde el Senado de la República, el tabasqueño Adán Augusto López, quizás la herencia más tóxica que dejó López Obrador en el escenario nacional, ha roto sus lanzas y apunta directo contra Claudia Sheinbaum y todos los que la rodean, que no son pocos.
Esa batalla tiene su propia escenificación en Tamaulipas, donde los personajes que buscan dinamitar el proyecto político del gobernador han encontrado cobijo entre las tropas de Adán Augusto.
Son personajes que, por su pasado político y su comportamiento más bien errático, tienen bien claro que gozan de pocas oportunidades de prosperar en sus proyectos futuros.
A unos los distingue su obsesión por llegar al poder en el 2028, y a otros su interés por seguir gobernando sus ínsulas regionales. Sus intereses personales, pues.
En esa fijación, no distinguen partidos ni ideologías.
Anote en esa lista a figuras políticas como Maki Ortiz y José Ramón Gómez Leal, dos reynosenses que, nobleza obliga, tienen suficiente peso en sus comarcas y en algunas regiones del estado, como para dar batalla.
Históricamente enfrentados entre sí, ahora han tejido una alianza circunstancial para sostenerse de la bandera que enarbola Adán Augusto, y tratar de evitar lo inevitable: que la ecuación que han conformado Claudia Sheinbaum y Américo Villarreal, se consolide todavía más en la segunda mitad del sexenio, y desde esa posición conduzcan una sucesión sin sobresaltos en Tamaulipas. Lo normal.
Dos problemas se vislumbran en el horizonte para el nuevo equipo conformado por Maki y JR.
El primero ya se ha dicho hasta el cansancio, su alejamiento del grupo político que gobierna al estado no debería ser justificante para aliarse con cualquiera, específicamente con el ex gobernador Cabeza de Vaca.
El segundo se va a notar cuando llegue la hora de ponerse de acuerdo sobre la candidatura de la 4T para la alcaldía de Reynosa, un espacio ha estado casi una década bajo celoso control de la familia de Peña Ortiz.
Sólo ellos saben cómo se van a poner de acuerdo.
Hay en la vereda de en frente dos competidoras claras rumbo a la sucesión. Aunque no lo hagan público, las delatan sus movimientos por el estado, su presencia bajo los reflectores, sus palabras cuidadosamente seleccionadas.
La senadora Olga Sosa Ruiz y la alcaldesa de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas, están desplegando un proyecto legítimo para considerarse elegibles, cuando se acerque la fecha de las famosas encuestas que emplea la 4T para elegir a sus candidatas.
Aunque con los pies firmes en sintonía con el proyecto estatal, también ellas inevitablemente deberán empezar a navegar las aguas de la política nacional morenista para consolidar sus posibilidades.
Será interesante presenciar la competencia interna entre estas dos futuras “corcholatas”, provenientes de los dos puntos geográficos del estado más lejanos entre sí.
Como en cualquier guerra, al final ganará la que -desde Nuevo Laredo o Tampico- llegue con menos batallas perdidas a la capital.
Los momios, por ahora, están parejos.

POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

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