Pareciera que Morena pierde autoridad moral. Hay indicios que debieran alarmar a la dirigente nacional Luisa María Alcalde quien debido a su inexperiencia permanece ajena a la descomposición que sufre su partido cuando algunos(as) de sus militantes exhiben pobreza de convicciones y hasta inmoralidad en el ejercicio poder y aun en su calidad personal. Recién la gobernadora de Baja California Marina del Pilar Ávila Olmeda fue humillada por autoridades de EU al cancelar su visa. Hecho que de alguna manera afecta al régimen encabezado por Doña Claudia.
El anterior es un caso rodeado de misterio, como existen otros muchos semejantes a las prácticas acostumbradas por el PRIAN. Ha sucedido con políticos de diversos niveles amparados bajo la bandera del movimiento creado por AMLO, incluso en la entidad, sobre todo en la frontera, de acuerdo a información pública. Son ejemplos de lo que no debiera ser cuando entre los objetivos transformadores del régimen americanista está eliminar los vicios del antiguo régimen causante como sabemos, de severo daño en todos los aspectos.
Lo más grotesco, por no llamarlo cínico, es que los y las culpables de manchar la bandera morenista, niegan su responsabilidad a pesar de evidencias mostradas a flor de piel. Y deje que en otras partes del país la situación es peor. En este sentido resulta inocultable la información que prueba en primera instancia, el involucramiento con grupos al margen de la ley.
En otra escala hay funcionarios (as) que actúan como si fuesen adversarios de la 4T y de la propia Presidenta de México. Son estos los que le hacen la tarea a la minoría rapaz que ha de festejar los incontables desencuentros hacia el interior de Morena. Recordéis la mentada reforma al ISSSTE que resultó para Sheinbaum una trampa tendida por Martí Batres, el director de la dependencia quien tal vez pretendió vengarse por no haber sido candidato al gobierno de la CDMX. No olvidéis que provocó protestas a lo largo y ancho de la república motivando el “congelamiento” de la iniciativa como disfraz para el retiro definitivo por el atentado contra derechohabientes y sus familias que significaba.
¿Y qué tal la pugna entre Ricardo Monreal y Adán Augusto López mismos que no desaprovechan oportunidad para “partirse la mandarina en gajos” desde las tribunas del congreso de la Unión?. Por supuesto ambos pelean por el futuro sin entender la ventaja que lleva Marcelo Ebrard gracias a su difícil pero exitoso trabajo en beneficio del país. Discreto, institucional y disciplinado, el secretario de Economía “va en caballo de hacienda” rumbo a palacio nacional.
¿Más pruebas del desorden en Morena?. Ahí tenéis el enfrentamiento de un grupo de diputadas federales con Ariadna Montiel, titular de Bienestar que no ha sido debidamente aclarado. Y es que a la lideresa Luisa María Alcalde importa más el ingenuo e hipócrita decálogo de austeridad que buscar la unidad necesaria para sepultar al neoliberalismo que todavía respira oxigenado desde el extranjero y por los traidores de siempre.
El asunto es que Morena pone en entredicho sus principios e ideales. Y ni modo que sea invento.
SUCEDE QUE
Mientras Morena se autodestruye el enemigo vela armas.
Y hasta la próxima
POR MAX ÁVILA