CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.-El cierre de la frontera con Estados Unidos para la exportación de ganado ha generado una crisis económica y sanitaria entre los productores pecuarios de Tamaulipas, especialmente entre las mujeres ganaderas, quienes denuncian la falta de soluciones y acciones eficaces por parte del gobierno federal.
Y con esta última acción del vecino país, la situación se agrava aun más para el sector femenino, quienes también toman «al toro por los cuernos», pues todo lo que conlleva esta situación esto lo viven en carne propia.
El cierre a la exportación, aunque con fundamento sanitario, ha tenido un fuerte impacto económico en las y los ganaderos tamaulipecos, quienes históricamente han destinado buena parte de su producción al mercado estadounidense.
En exclusiva para Expreso, Alicia González Muñoz, presidenta de Mujeres Ganaderas de México (MUGAM) delegación Tamaulipas, que agrupa a más de 60 productoras de todo el estado, destacó que ellas ya han cumplido con todos los protocolos necesarios para combatir esta crisis sanitaria, sin embargo, que de las autoridades federales no han tenido respaldo alguno.
“Ya hicimos nuestra parte. Invertimos en nuestros ranchos, cumplimos con todos los requisitos para exportar. ¿Y ahora qué? Nos están dejando solas”, denunció
De acuerdo con González, las mujeres ganaderas de Tamaulipas han invertido en infraestructura, control sanitario y genética para mantener el estatus de exportación.
Sin embargo, con el cierre, el valor del ganado ha bajado, al pasar de precios de exportación a precios del mercado nacional, más bajos en comparación.
“Aunque el consumo nacional está bien pagado, sigue estando hasta 14 pesos por debajo de lo que nos pagaban por exportar. Esa diferencia la estamos absorbiendo nosotras. Es dinero que ya no estamos percibiendo y que afecta directamente nuestras finanzas”, explicó.
Actualmente, el precio por kilogramo en pie de ganado destinado al mercado nacional ronda los 60 pesos, mientras que los animales con calidad de exportación llegaban a venderse en hasta 74 pesos.
Esta brecha, multiplicada por cada animal, representa una pérdida importante para las ganaderas.
Además del impacto económico, las productoras expresan su preocupación por el ingreso de animales al estado desde regiones con presencia del gusano barrenador, una plaga que afecta al ganado y que, si no se contiene, podría tener consecuencias graves para la producción.
“Se están permitiendo ingresos de animales de zonas infectadas. Aunque nos den pláticas sobre cómo identificar las lesiones, eso no es prevención real».
«La verdadera solución es impedir que entre al estado”, advirtió González, quien también cuestionó la eficacia de los filtros sanitarios implementados.
La Asociación de Mujeres Ganaderas de México tiene presencia en municipios como Nuevo Laredo, Reynosa, San Carlos, San Fernando, Güémez, Tampico y Navasolo, con sistemas de producción que van desde la cría de becerros para exportación hasta la producción de aves, ovinos, caprinos, leche y huevo.
“No solo trabajamos al lado de los hombres, sostenemos nuestras casas, nuestras familias y hacemos ganadería en condiciones igual de exigentes. Nuestro trabajo tiene que ser visibilizado y respaldado”, expresó.
Ante la incertidumbre, las mujeres productoras ya están buscando alternativas para mitigar el impacto económico.
Algunas estrategias en discusión son llevar el ganado a mayores pesos antes de venderlo, para elevar su valor en el mercado nacional, así como diversificar la producción pecuaria dentro de sus ranchos.
“No podemos tener todos los huevos en la misma canasta. Estamos explorando producir carne de borrego, de cabra, leche, huevo… cualquier vía que nos permita mantener a flote nuestros ranchos y nuestras familias”, indicó la dirigente.
Mientras tanto, la petición principal del sector sigue siendo clara: medidas urgentes y eficaces para contener la propagación del gusano barrenador, junto con una hoja de ruta concreta para restablecer la exportación.
Sin esto, advierten, la ganadería tamaulipeca (particularmente la encabezada por mujeres) podría enfrentar un retroceso difícil de revertir.
Por. Antonio H. Mandujano




