Acto poético en su, en un espacio donde gravitan estos cuerpos endiosados por Eros en el banquete diafano, y placentero de una erótica en el plano Celestial, ciertamente el espacio donde gravitan los dioses que no profanan, viven la alegría y el goce del sexo con un amor declarado y entregado a los cuerpos por un artista de un dibujo definitivamente sensorial.
La obra de Ernesto Pesce, contiene ese lunar, tierra de lunas, donde los amantes celebran el amor, llevados de la mano visionaria del artista argentino como un vampiro gótico que se acerca a los templos greco romanos a chupar la ambientación celeste en el Parnaso de figuras regordetas como en el Renacimiento y y un ensamble organizado ftoncolksge, el color, sonrió sin alardes de colorido que ciertamente reflejan calor y frialdad.Su dibujo es formal con entornos clafivif y bsryicid dimensionadod con limpieza de línea y algunas veces con planos de abstracción.
Parece ser un contenido de lo celeste en plano de los dioses que vuelan y de abrazan y gozan abiertamente las zonas erógenas que el pintor Pampero acentúa, porque la obra de Pesce es de solución de un artista gráfico, enteramente gráfico en las soluciones de su obra de caballero donde lo Celeste, en otro plano sublima lo gtid del color en círculos y aperturas geométricas df planetas inventados por el Artista que parece un mago que sonríe frente y atrás de nosotros.
He aquí a un artista que maneja a diestra y siniestra la ironía y el placer de lo sensual, casi obsesivo, en las zonas erógenas, en la exaltación mágica del amor del tiempo como dioses, porque Los que se aman se entregan sus secretos.
Hay una exaltación de las áreas del placer, esto de siente más en su obra gráfica , ya sea el grabado o el dibujo donde cubre espacios con alegorías. A veces pienso que Ernesto Pesce retorna si cruce de lo Griego y Romano en la estela de sus desnudos, como los antiguos diseños Ettuzcos en el Museo Romano. Un artista del plano gráfico y otro del artista de lo Celeste en la búsqueda de mundos.
Ernesto Pesce nos presenta el mundo se uebde vivir en las casas ocultas del universo cotidiano donde la poesía y el amor es una compresión de sus fantasías dr los sitios donde las bocas solo de abren y son rfmiras corporales del éxtasis y la maravilla de ansr.
Creo que Pesce es un gambusino de lo Celeste, el espacio donde los dioses polulan y copulan. Sin duda alguna es un éxtasis para el visor compartido de que los función social del orgasmo es una penitencia necesaria como lo escribe Williams Reich.
Tecini este libro aleatorio de Ernesto Pesce . Obra 2003-2016, que el genial artista argentino me hizo llegar por intermedio de mi querida amiga, Juanita Rodríguez. Creo al final, que Ernesto está más cercano a lo Griego por lo Etruxco que por su veta del Mar del Plata, la vara ígnea que cintrae su universo que nos abraza y contagia. Un artista total, viajero en los espacios duderales del sueño y el amor a la Vida.
POR ALEJANDRO ROSALES LUGO