Con voz firme, mensaje claro y una emotiva interpretación del legado de Benito Juárez, la alumna maderense Miranda Vicencio Hernández se alzó con el primer lugar en el Quincuagésimo Quinto Concurso Estatal de Oratoria “Sentimiento Juarista” 2025.
El evento fue realizado en el Centro Cultural Tamaulipas, en la capital del estado, durante el día de ayer.
Miranda, de 12 años de edad y estudiante de sexto grado en el Centro de Atención Múltiple (CAM) “Rosa María Ortigoza Barrón” de Ciudad Madero.
La menor es una niña invidente y con trastorno del espectro autista,
La victoria de Miranda, resalta el papel de la inclusión educativa en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
La participante gusto al jurado con su participación en la categoría de nivel primaria educación especial.
El primer lugar lo obtuvo, enfrentando a sus competidores de Matamoros, Ciudad Victoria y el municipio de Aldama,
Su destacada intervención no solo la hizo merecedora del máximo reconocimiento, sino que también conmovió al público asistente, que reconoció con aplausos su valentía, claridad en la expresión y profundo conocimiento del ideario juarista.
El logro representa un orgullo para Ciudad Madero y para la comunidad educativa del CAM, que ha acompañado a Miranda en su proceso formativo, fomentando su talento y desarrollando sus habilidades comunicativas.
La edición 2025 del certamen “Sentimiento Juarista” reunió a niñas y niños de distintos municipios, reafirmando el valor de la oratoria como herramienta de formación cívica, cultural y personal.
“ELLA ES PODEROSA” : MAMA DE MIRANDA
“Ella está muy emocionada, porque aunque tiene una memoria extraordinaria nunca había participado en un concurso similar y pues a veces debido a su trastorno no era fácil ensayar ya que a veces amanecía sin ganas de hablar y sus estereotipias a veces no le permitían hacer los ademanes correctos. Ahora ella sabe que es poderosa, porque ella me lo dice, y que todo lo puede lograr” dijo su mama, Karina Hernandez Flores.
“Y pues yo una mamá muy orgullosa pues era una niña que no sabía comunicarse y sin embargo ahora se comunica clara y extraordinariamente. Me siento feliz porque todas las terapias, citas al neurólogos y el esfuerzo de toda mi familia ahora se ve reflejado en una niña sana, exitosa y sobre todo feliz y consciente de que puede ser y hacer todo lo que ella quiera” agrego.
Jose Luis Rodríguez Castro La Razón
