Dentro de una economía, la competencia entre empresas es vital, ya que juega un papel fundamental al fomentar mayor calidad en bienes y servicios, mejores precios y, más opciones para nosotros como consumidores. En México, la competencia económica es un aspecto crucial, que es vigilado por diversos organismos, puesto que la falta de competencia afecta directamente los bolsillos de los hogares al limitar su poder adquisitivo y aumentar los gastos diarios.
Esta situación se ha puesto de manifiesto con la reciente multa impuesta por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) a Telcel y Oxxo. Estas compañías fueron multadas, ya que el IFT menciona que durante el enero 2021 y enero 2024, la compañía telefónica cedió una serie de incentivos y beneficios para que la cadena Oxxo vendiera solo chip de esta compañía.
Esta conducta afectó gravemente al resto de competidores, que no pudieron hacer frente y fue imposible que se posicionaran en el canal de distribución que Oxxo representa. Las actividades que llevaron a cabo ambas empresas se conocen como prácticas monopólicas en la venta de tarjetas SIM (chips telefónicos), por lo que la IFT multó por 782 mil 600 pesos a Telcel, y de 19 millones 500 mil pesos para Oxxo.
Estas cifras parecen ser enormes, aunque la realidad es que la multa impuesta a Telcel representa solo el 3.03 por ciento de sus ingresos para el primer trimestre del 2025, lo que demuestra el tamaño y alcance económico que tiene una sola empresa en el mercado mexicano. Esta situación recalca la importancia de la regulación por parte del IFT, cuya tarea es prevenir que estas compañías aprovechen su posición dominante para dañar el bolsillo de los mexicanos.
Cabe señalar que, hay más detrás de esta multa, ya que la competencia con los vendedores de tarjetas SIM se vio afectada al perjudicar a otras empresas del mismo sector. Este caso ejemplifica de forma puntual cómo la falta de competencia puede impactar negativamente el bolsillo y las finanzas de los hogares.
En primer lugar, porque para todos aquellos que compraron un chip en la tienda, antes mencionada, tenían opciones limitadas, lo que se puede traducir en precios más altos y menos opciones de servicio. En términos más prácticos, esto significa que al ser Telcel el único proveedor de chips en el Oxxo, el precio fue más alto al usual y los consumidores terminaron pagando más por servicios que podrían ser más económicos si hubiera mayor competencia.
Además, el IFT es el organismo encargado en México de regular y vigilar la competencia económica en el sector de telecomunicaciones. Aunque su papel es vital para asegurar que las empresas de este sector no abusen de su posición en el mercado y que los consumidores disfruten de precios justos y una amplia variedad de opciones, esto no ha sido suficiente y el gobierno federal ha decidido desaparecerlo.
Ahora bien, el efecto de las prácticas monopólicas en los hogares es considerable, ya que los consumidores se enfrentan a costos elevados, lo que limita su capacidad para destinar ingresos a otras necesidades básicas o ahorro. Además, al restringirse la competencia, la mejora en calidad de productos y servicios suele disminuir e incluso desaparecer, lo que afecta el bienestar general de las familias.
En conclusión, la competencia es esencial para mantener una economía sana y que beneficie a todos los consumidores. Pero, cuando existen prácticas monopólicas, como las detectadas en el caso de Telcel y Oxxo, es el bienestar económico de las familias mexicanas quienes sufren las consecuencias directas.
POR ANGÉLICA GONZÁLEZ LÓPEZ




