2 julio, 2025

2 julio, 2025

Los reyes de la improvisación

EL CONTENCIÓN/ DANIEL VÁZQUEZ

Como diría el legendario Dewey, el de Malcolm el de en medio: “Nunca espero nada de ustedes… y aún así logran decepcionarme”. Esa frase le queda como anillo al dedo a Correcaminos (como cada año). Todavía no arranca el torneo… y ya huele mal.

El equipo se maneja como los auténticos reyes de la improvisación. Sus decisiones lo confirman: no hay plan, no hay rumbo, no hay proyecto, no hay director deportivo. No hay nada.

Y no es invento: el mismo Héctor Hugo Eugui confesó hace semanas que él personalmente ha contactado a clubes de Primera División (por correo, fax o como sea) para pedir jugadores.

¿Ese es el plan? ¿Así se trabaja en un club profesional hoy en día? Yo creo que ni en Liga Premier se ven esas cosas.

Mientras otros equipos, desde antes de terminar el torneo, ya tenían refuerzos cerrados, aquí hubo vacaciones largas, cuatro semanas de pretemporada… y seguimos igual: sin altas, sin rumbo y solo con movimientos improvisados.

Y si no tienes plan, si no llegan refuerzos, si no hay interés de nadie por venir… entonces voltea a ver a tus jugadores multicampeones de Correcaminos Premier. Los tienes ahí, formados.

Pero no: mejor traes jugadores inactivos, del barrio, de la misma Liga Premier (y encima bajas a dos victorenses que ya estaban en el primer equipo) para hacerles espacio.

¿Estamos todos locos o qué?

La directiva y el cuerpo técnico de Correcaminos encarnan perfectamente la frase: “Ni pichean, ni cachan, ni dejan batear”, y ya sabemos cómo termina siempre esa historia.

Cuando tu auxiliar técnico actúa como si fuera director deportivo, cuando tu entrenador se deja influenciar por las personas equivocadas, y cuando tu presidente no tiene ni voz ni voto (ni aquí ni en la FMF), está clarísimo que el equipo va de mal en peor.

Y no es personal. De verdad, no tengo nada contra nadie. Pero si hicieran su trabajo (o al menos lo parecieran), nadie diría nada.

Eso sí: menospreciar al talento victorense y tamaulipeco ya se volvió costumbre, y ese es un capítulo repetido que duele más cada vez.

Cierro con lo de siempre: Ojalá recapaciten, ojalá empiecen a trabajar de verdad por el bien del equipo. Por ese talento local que el rector Dámaso Anaya y el gobernador Américo Villarreal se han cansado de impulsar.

No estropeen este proceso. Tienen en las manos a una camada valiosa… y si la dejan ir, luego (como siempre) nos vamos a arrepentir.

Se vale soñar.

Nos leemos la próxima.

Por. Daniel Vázquez

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