CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Era su mejor amiga. Le organizó la boda, le consiguió los proveedores, estuvo con ella hasta en las pruebas del vestido… y también fue quien sacó el préstamo para pagar la fiesta. Hoy, Alba Cantú sigue pagando esa deuda con intereses, mientras la novia y su exesposo desaparecieron del mapa.
En Ciudad Victoria, Tamaulipas, el caso ha desatado indignación en redes sociales tras viralizarse un video en TikTok donde Alba, pastelera y emprendedora local, contó entre lágrimas cómo su generosidad fue utilizada para financiar la boda de quien decía ser su hermana del alma.
En el video original, que ya ha sido compartido miles de veces, se escucha a Alba decir:
> “Yo le firmé un préstamo porque confiaba. Me dijeron que serían responsables. Que me amaban como a su familia. Me bloquearon de todo, desaparecieron y ahora yo pago una boda que duró seis meses.”
Según relató mientras decoraba un pastel en su negocio, la historia comenzó cuando su amiga Melanie y su entonces prometido le pidieron un favor “temporal”: sacar un préstamo a su nombre para pagar el salón, la música, la comida y hasta el vestido. Lo hizo sin pensarlo, convencida de que era un gesto de amor hacia una amistad de años.
Lo que vino después fue el abandono. Melanie la bloqueó de redes sociales, cambió de número, y su familia incluso acudió al negocio de Alba para intimidarla. “Su mamá vino a decirme que me olvidara de ese dinero, que no lo iba a ver jamás”, denunció la joven.
El matrimonio, según contó, apenas duró medio año. Y aunque ambos beneficiarios del préstamo desaparecieron, Alba ha tenido que enfrentarse sola a la deuda que ya acumula intereses altísimos. “Trabajo todos los días, sin descanso, para no quedar mal con el banco. A veces no me alcanza ni para mí”, explicó.
La comunidad digital, lejos de quedarse callada, reaccionó con fuerza. Usuarios han lanzado campañas de apoyo para comprarle pasteles, difundido su página y hasta investigado la identidad de la “mejor amiga”. Algunos incluso exigen exhibir públicamente a la responsable de esta traición.
“En un rancho como Victoria todo se sabe. Que le dé vergüenza, mínimo”, escribió una usuaria. Mientras tanto, Alba sigue trabajando con dignidad, aunque confiesa que lo que más le duele no es el dinero, sino la traición: “No me falló una clienta, me falló alguien que era como mi hermana.”
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Por Raúl López García
