8 diciembre, 2025

8 diciembre, 2025

Gentrificación a la tampiqueña

CATALEJOS/ MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

Cualquiera que haya echado un vistazo a los precios de la vivienda -para rentar o comprar- en la zona conurbada de Tampico, Madero y Altamira, puede confirmar que en los últimos años se ha registrado un incremento sin precedentes.

Con ofertas que en algunos casos rayan en lo ridículo, la explicación de los desarrolladores y los corredores de bienes raíces es sencilla: ya no hay espacio dónde edificar, y por tanto cada metro cuadrado se vuelve más valioso. Economía simple.

Y tienen razón en que hay muy poco suelo disponible. De hecho, Tampico y Ciudad Madero deben ser los únicos dos municipios del estado sin territorio a disposición para construir viviendas. Sus 92.73 y 64.9 kilómetros cuadrados respectivamente, están al tope.

Por eso a nadie sorprende que la respuesta de la industria inmobiliaria haya sido la edificación vertical de vivienda.

En Tampico, particularmente, sobran ejemplos de la construcción de torres de departamentos que en muchos de los casos se ofrecen a precios por los que hasta hace poco se podía adquirir una vivienda individual en un terreno aceptable para contar con patio y otras amenidades.

Hay una generación que ya ha asumido que le resultará materialmente imposible contar con una casa propia o incluso rentarla.

Esta tendencia urbanística inevitablemente ha modificado el paisaje urbano de la ciudad.

Desde las azoteas del centro histórico de donde se observaba la Laguna del Carpintero, ahora se cuelan en la fotografía las múltiples torres que se han construido sobre el Bulevar Perimetral, y muchas de las cuales, por cierto, todavía están vacías porque su venta no ha sido tan fácil como esperaban sus desarrolladores.

A la par de este fenómeno arquitectónico, otro muy evidente es el acelerado incremento de precios en colonias otrora populares, donde cada vez resulta más caro vivir.

Ahí, se derrumban construcciones y donde antes había una casa se edifican tres para su venta y así, de manera sútil también empieza la expulsión de las familias que históricamente habitaron esos sectores.

Banorte, a través de su departamento de análisis económico, tiene bien medido el fenómeno económico y urbanístico que vive la zona conurbada.

Según su Indicador de Precios de Vivienda, no hay otra región del país con mayor alza que la que conforman Tampico, Madero y Altamira.

La tasa de crecimiento acumulada nacional del 2024 a la fecha es del 4.2%, que no es muy distinta a la de las entidades con los precios más altos, que son la Ciudad de México y Nuevo León.

Ahí, el incremento de precios por metro cuadrado ha sido del 3.3% y del 5.3% respectivamente.

Hay entidades donde incluso hay decrecimiento como el Estado de México y Jalisco con -0.5% y -0.4%.

Pero el caso de Tamaulipas -en el estado este índice solo mide a Tampico, Madero y Altamira- es muy llamativo, con una tasa de crecimiento acumulada del 12.3%, solo comparable con la de Yucatán, donde se registra un incremento del 8.4%.

Las cifras respaldan la percepción ciudadana de que adquirir vivienda en el sur del estado se ha vuelto muy complicado.

Así, ni más ni menos, es como se ve la gentrificación.

Por. Miguel Domínguez Flores

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