ALTAMIRA, TAM.- Las lluvias registradas en la zona conurbada afectaron la cosecha de sal en la Congregación Lomas del Real.
Esta situación tiene en la incertidumbre a más de 40 familias de la comunidad que dependen de la producción salinera.
El delegado municipal de la comunidad, Tomás Aguillón Cruz reportó que aproximadamente 300 toneladas de sal se quedaron en las marismas que se ubican a un costado del acceso a Playa Tesoro de Altamira.
Las toneladas de sal ya estaban preparadas para su distribución en mercados clave como Monterrey, Puebla y Saltillo, donde la sal de esta región es particularmente apreciada por su calidad.
El valor comercial de cada tonelada de sal oscila alrededor de los 500 pesos, varía según la pureza del producto. Esta cifra revela las considerables pérdidas económicas que los productores enfrentan.
Aunque existen montones de sal que se consideran relativamente seguros, la continúa precipitación pluvial causa mermas significativas, disminuye aún más la rentabilidad de lo que ya se había cosechado.
«Por ahora, la cosecha está totalmente detenida, solo estamos moviendo las cargas que ya estaban listas en los camiones», explicó Tomás Aguillón Cruz.
La preocupación crece entre los productores locales, quienes temen que la continuación de las lluvias cause un daño aún mayor, lo que llevaría a la pérdida de una parte sustancial de la producción.
Precisó que esta situación no solo representa un revés económico considerable, sino que también amenaza el sustento de las familias que han dependido de la producción de sal por generaciones.
La comunidad de Lomas del Real permanece a la expectativa, los ejidatarios esperan un cese en las precipitaciones que les permita retomar sus labores y mitigar el impacto de la crisis.
El año pasado, mientras la sequía causaba estragos en la ganadería y agricultura; el sector salinero fue el más beneficiado, ya que aumentó de manera considerable la lluvia.
La producción de sal en Lomas del Real no es simplemente una actividad económica; es una tradición centenaria que forma parte integral de la identidad y el sustento de la comunidad.
Las familias de marismeros han transmitido sus conocimientos de generación en generación, se han perfeccionado técnicas para extraer y procesar la sal. Esta labor no solo les provee ingresos, sino que también refuerza la identidad de la congregación. La sal de esta región es conocida por su pureza y sabor distintivo, lo que la hace altamente valorada en los mercados a los que se destina.
El representante de la Congregación Lomas del Real, añadió que la incertidumbre actual no solo afecta el presente financiero de las familias, sino que también la continuidad de una práctica que ha definido su forma de vida por tanto tiempo.
La dependencia de las condiciones climáticas es una constante en esta actividad, pero la intensidad y persistencia de las lluvias han llevado la situación a un punto crítico, generando una profunda preocupación sobre el futuro de una valiosa tradición.
“Los marismeros, la cooperativa y los salineros libres declararon la marisma terminada, finalizando el ciclo de sal, estamos hablando de 43 personas que trabajan de manera directa, aparte las personas que se dedican a raspar y cosechar, ellos están siendo perjudicados”, concluyó Tomás Aguillón Cruz.
Óscar Figueroa
La Razón
