6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

Trump: andanada de aranceles

FALJORITMO/JORGE FALJO

Trump en una carta dirigida al presidente Luis Inacio Lula da Silva de Brasil lo amenazó con aranceles del 50 por ciento a todas las importaciones provenientes de Brasil. La carta, sin rodeos ni medias tintas empieza expresando su gran respeto a… Bolsonaro, el anterior presidente de Brasil, que, según la carta, es víctima de una cacería de brujas que debe terminar INMEDIATAMENTE! (con mayúsculas y signo de exclamación en la carta).

Bolsonaro está siendo enjuiciado por haber promovido una asonada para evitar el ascenso del presidente electo, Lula, y mantenerse el mismo en el poder. Según Trump Brasil ataca las elecciones libres, con lo que se suma a los alegatos de Bolsonaro de que fue victima de fraude electoral. Es decir que defiende a alguien que tuvo un comportamiento que remedó de manera muy cercana la asonada que propició Trump para mantenerse en el poder.

Más adelante acusa a la Suprema Corte de Brasil de enviar cientos de decretos ilegales en contra de las plataformas sociales ((Facebook, YouTube, Instagram, WhatsApp, TikTok, X y similares) que van en contra del derecho a la libertad de expresión de los ciudadanos y empresas norteamericanos. El hecho es que la Corte brasileña en un par de juicios determinó que tales empresas tendrán que hacerse responsables de los contenidos que publican. Es decir que si alguien solicita que retiren un contenido que lo afecta (por difamación o acoso por ejemplo) y la plataforma no lo quita en cierto tiempo, entonces el agraviado tendrá derecho a demandar a la plataforma.

En un lenguaje atropellado, prepotente, Trump descalifica las elecciones brasileñas a su sistema de justicia y afirma que las leyes de los Estados Unidos prevalecen sobre las brasileñas.

A continuación Trump dice que el arancel del 50 por ciento es mucho menos de lo que se requiere para que haya un piso parejo, equitativo con su país. Exige que Brasil elimine sus barreras comerciales arancelarias y de otros tipos y señala que las tarifas son necesarias para corregir las graves injusticias de su régimen, con lo que parece referirse al juicio a Bolsonaro y a la exigencia de responsabilidad a las plataformas sociales.

La carta a Lula es una especie de machote dentro de la mente de Trump. Lo aplicó sin verificar el verdadero estado del comercio entre Estados Unidos y Brasil. El hecho es que en los últimos 15 años Brasil le ha comprado a Estados Unidos 410 mil millones de dólares más de lo que le ha vendido. En 2024 Brasil tuvo un déficit de 7.4 mil millones de dólares con Estados Unidos.

Con algunas modificaciones adecuadas a cada país, pero a final de cuentas el mismo machote referido a un trato comercial inequitativo que debe ser corregido, Trump acaba de enviar una andanada de cartas anunciando nuevos aranceles a una andanada de países. Para algunos son similares o inferiores a los anteriores, como es el caso de Japón, Corea del Sur, Camboya, Irak, Laos y Sri Lanka. Aún así siguen siendo muy altos.

Los aranceles de 40 por ciento a Laos y Birmania, de 36 por ciento a Camboya y Tailandia o de 30, o más, a Bangladesh, Sud África o Indonesia, amenazan crear graves dificultades económicas en esos países. Con consecuencias sociales negativas que pueden conducir a la inestabilidad política.

En las cartas Trump invita a las empresas a relocalizarse en Estados Unidos y, de manera que parece burla dice que en ese caso las empresas dejarían de pagar aranceles. Añade que el arancel subirá si el país afectado responde con aranceles. Las cartas indican que los nuevos aranceles estarán separados de los aranceles sectoriales preexistentes.
México no quedó fuera de la andanada de aranceles y el problema es que estamos mucho mas expuestos que Brasil y la mayoría de los demás países. La estrategia de globalización seguida durante décadas nos deja en extrema vulnerabilidad.

Trump le acaba de anunciar a Sheinbaum que Estados Unidos ha aceptado continuar trabajando con México; lo que insinúa que somos afortunados. PERO (con mayúsculas en la carta), México no ha hecho lo suficiente para detener a los carteles de la droga y asegurar la frontera contra el tráfico de fentanilo. Además, según Trump, México tiene múltiples barreras arancelarias, no arancelarias y políticas que le ocasionan déficits insostenibles que amenazan la economía y la seguridad de los Estados Unidos.

Por lo anterior Trump ha decidido imponer un arancel de 30 por ciento a las importaciones provenientes de México con la salvedad de los aranceles sectoriales, lo que se puede interpretar que siguen sin modificación las mercancías que cumplen con los requisitos del T-MEC. Solo el 49 por ciento de las exportaciones de México a Estados Unidos se hacen bajo las reglas del T_MEC; lo que implica que para algo más de la mitad de las exportaciones los aranceles subirán de alrededor del 4 por ciento al 30 por ciento a partir del 1 de agosto.

Si consideramos que las exportaciones están concentradas en Estados Unidos implica que algo así como el 42 por ciento de las exportaciones de México perderán competitividad, rentabilidad o sufrirán un fuerte deterioro. Lo que da al traste con la estrategia de crecimiento globalizador dependiente de la entrada de inversiones externas; una estrategia que de por si ya había fracasado.

Tenemos que pasar a otro modelo; no por gusto, sino porque las condiciones externas así lo imponen. Habrá que diversificar exportaciones y, a contracorriente, proteger la demanda interna para transitar a una estrategia centrada en el fortalecimiento del mercado interno; no será fácil.

Diversificar exportaciones y defender la producción dirigida al mercado interno requiere contar con un peso competitivo. Pero la paridad cambiaria está determinada por la especulación externa. Por eso a pesar de las dificultades de la economía nacional, deterioro de la manufactura y el empleo, malas perspectivas y demás, el peso se fortalece. Urge recuperar la soberanía nacional sobre la paridad cambiaria.

Lo segundo de mayor importancia para afrontar el ramalazo es contar con un gobierno fuerte, no en lo declarativo, sino en sus capacidades operativas. Es decir que urge también una reforma hacendaria que no le cargue la mano a la población sino a la minoría que se ha enriquecido al extremo favorecida por los últimos gobiernos.

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