CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La tarde del 3 de agosto, la tranquilidad de la colonia Obrera se rompió con los gritos de auxilio de una mujer.
Su pareja la amenazaba con un arma de fuego. Vecinos, alarmados, llamaron al 911 y la Guardia Estatal de Género acudió de inmediato.
Al llegar, confirmaron que se trataba de una réplica, pero el miedo había sido tan real como si se tratara de una pistola verdadera.
El presunto agresor fue detenido y la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas (FGJT) abrió una carpeta de investigación por violencia familiar y amenazas.
La víctima no sufrió lesiones físicas, pero el impacto emocional fue evidente.
“No sabía si el arma era de verdad. Solo pensé en ayudarla”, relató una vecina que pidió el anonimato.
Este episodio no es aislado: forma parte de una estadística que coloca a la violencia familiar como el delito más frecuente en la capital tamaulipeca.
Cifras que encienden las alarmas
De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Tamaulipas, hasta junio de 2025, el 84% de las carpetas de investigación corresponden a violencia familiar, con una reducción del 16.43% respecto al mes anterior.
En promedio, se registran 23 casos por cada 100 mil habitantes, cifra superior a la media nacional.
En Ciudad Victoria, las colonias más afectadas son Azteca, Marte R. Gómez, Amalia Caballero y La Moderna, con entre 15 y 25 reportes diarios vía 911.
Datos de la FGJT indican que la violencia familiar aumentó 23% entre el primer y segundo trimestre de 2025.
En el mismo periodo, las lesiones crecieron 74% y los daños a propiedad ajena, 23%.
Violencia más allá de la pareja
Aunque la mayoría de casos involucra a parejas, la violencia doméstica también afecta a:
- Adultos mayores: maltrato físico, abandono o control económico.
- Menores de edad: agresiones físicas, psicológicas o negligencia.
- Adolescentes: control digital, agresión física o coacción sexual.
- Familiares como hermanos o cuñados: conflictos incluso con armas blancas.
- Violencia económica: retención de bienes o coerción contractual.
Especialistas de la Mesa de Seguridad y Justicia señalan cinco causas principales: crisis económica y desempleo, consumo de alcohol y drogas, patrones culturales de control, falta de atención psicológica y carencia de refugios seguros.
En julio, el Ayuntamiento de Victoria y la Guardia Estatal de Género implementaron acciones preventivas como pláticas en colonias y escuelas, así como módulos informativos con “violentómetros” para identificar y denunciar agresiones.
Aun así, las cifras confirman que la violencia doméstica sigue siendo un reto estructural que exige atención integral y sostenida.
El caso de la colonia Obrera recuerda que, aunque el arma sea falsa, el riesgo y el trauma son reales.
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZÓN




