No hace falta habitar ese territorio para darse cuenta de que gobernar Nuevo Laredo no es una tarea sencilla.
Su ubicación geográfica, su composición política-social, su historia, y sus condiciones económicas, convierten a esa ciudad en un reto complejo para cualquier autoridad que tenga mayores aspiraciones que ser un mero administrador de los servicios públicos.
Eso explica en buena medida la posición de relevancia -más alla de su terruño- que ha adquirido la presidenta municipal, Carmen Lilia Canturosas.
No fue fácil su llegada a la alcaldía: asediada por la administración cabecista que emprendió una persecución contra ella y su familia; y también por los poderes fácticos que operaron en su contra.
Pese a ello, logró hacer de Nuevo Laredo un sólido bastión morenista que ha aportado una gran cantidad de votos a los proyectos políticos de la 4T, a partir del 2021 cuando ganó su primera elección por la presidencia municipal.
Antes, ya había integrado una diminuta fracción morenista en el Congreso del Estado, donde la aplastante mayoría panista se imponía a rajatabla.
En el muy particular contexto político tamaulipeco, la presidenta municipal de Nuevo Laredo -por mucho, la mujer con más capital político de los 43 ayuntamientos del estado- ha sabido tejer una relación sólida y de confianza con el gobernador, algo que no todos los alcaldes morenistas pueden presumir.
Apoyada en la evidente trascendencia comercial del municipio, Carmen Lilia también ha conseguido un apoyo inédito para la ciudad del gobierno federal, que empezó en la administración de López Obrador y que continúa con la presidenta Claudia Sheinbaum.
Algunos proyectos de infraestructura demuestran este respaldo, como la ampliación del Puente del Comercio Mundial que alcanzará los 25 mil cruces diarios en el 2027. O la construcción del tren Saltillo-Nuevo Laredo, uno de los primeros que se echarán a andar en la nueva etapa del ferrocarril de pasajeros en México.
También está en esa lista el Libramiento Mex II, que de igual forma ayudará a incrementar el flujo comercial internacional; además de la constante atracción de inversión privada, como la que se anunció apenas la semana pasada: 600 millones de pesos para instalar una nueva planta industrial de la icónica Sociedad Cooperativa Trabajadores de Pascual, S.C.L, que generará al menos 300 empleos directos.
Está muy clara la posición estratégica de Nuevo Laredo dentro del tablero económico y político de Tamaulipas: no solo concentra el mayor flujo de comercio internacional del país, sino que también se ha convertido en un motor de desarrollo que impacta directamente en la estabilidad y proyección nacional.
Su relevancia trasciende lo local y lo estatal, colocándolo como un espacio de disputa clave en las decisiones que marcarán el rumbo de México en los próximos años.
En ese contexto, Carmen Lilia Canturosas también se ha confirmado como una figura protagonista en el mapa político tamaulipeco y en las dinámicas internas de la 4T.
Por. Miguel Domínguez Flores
